domingo, 4 mayo 2025

Esta fruta común puede hacerte dar positivo en un control de alcoholemia

Parece mentira, pero a veces la realidad nos sorprende con giros inesperados, de esos que parecen sacados de una comedia de enredos. Imagínese la escena: un control rutinario de la Guardia Civil en carretera, usted sopla tranquilamente en el etilómetro y, para su asombro, da positivo sin haber probado una gota de alcohol; pues bien, sepa que lo que menos esperarías que te pusiera en un aprieto es una fruta tan popular y aparentemente inofensiva como el caqui, sobre todo si está muy maduro. Esta situación, aunque poco frecuente, no es una leyenda urbana ni un cuento de conductores trasnochados, sino una posibilidad real basada en procesos biológicos perfectamente explicables que conviene conocer, más que nada para evitar sustos innecesarios o situaciones cuanto menos embarazosas al volante.

Publicidad

El quid de la cuestión reside en la propia naturaleza del caqui cuando alcanza un estado de maduración avanzado, casi al borde de la descomposición. En ese punto, la alta concentración de azúcares presentes en su pulpa puede iniciar un proceso de fermentación espontánea dentro de nuestro propio estómago, generando pequeñas cantidades de etanol; vamos, que no es cosa de brujería ni un truco de feria, sino simple química pura y dura que ocurre en nuestro sistema digestivo bajo ciertas condiciones. Este fenómeno, conocido técnicamente como fermentación endógena, es el responsable de que una simple pieza de esta fruta pueda, en teoría, alterar el resultado de un control de alcoholemia y meternos en un lío que nadie desea experimentar en sus propias carnes.

5
NO CUNDA EL PÁNICO: CONTEXTO Y SENTIDO COMÚN ANTE ESTA FRUTA PECULIAR

Fuente: Freepik

El caso del caqui fermentado en el estómago es una anécdota interesante que nos recuerda la complejidad de la biología y cómo interactúa con nuestra vida cotidiana, incluyendo la seguridad vial. No es el único factor dietético o fisiológico que, teóricamente, podría interferir con un etilómetro; se ha hablado también de ciertos enjuagues bucales, algunos medicamentos, el uso de sprays para el asma que contienen alcohol o incluso eructos recientes tras consumir ciertos alimentos. Sin embargo, la relevancia práctica de estos fenómenos en términos de sanciones reales por alcoholemia es mínima, especialmente cuando se siguen los protocolos de prueba adecuados por parte de las autoridades.

En definitiva, podemos seguir disfrutando de los caquis, esa deliciosa fruta otoñal, sin miedo a convertirnos en infractores accidentales. La clave, como en tantas otras cosas, está en el sentido común y la moderación; si bien es extremadamente raro, quizás sea prudente evitar darse un atracón de caquis excesivamente maduros justo antes de ponerse al volante, más por precaución ante una situación incómoda que por un riesgo real de superar la tasa de alcoholemia permitida. Conocer esta curiosidad nos hace más conscientes, pero no debe impedirnos saborear una de las joyas de nuestra despensa de temporada.

Siguiente

Publicidad