A cierta edad, todos empezamos a mirar las cosas con más calma, pero el volante sigue siendo una parte esencial para muchas personas. Conducir no es solo una cuestión de autonomía, también de rutina, de pequeñas libertades cotidianas. La DGT lo sabe y, por eso, ha decidido ajustar algunas reglas para quienes han superado los 65 años.
No se trata de poner trabas sin más, sino de asegurarse de que cada persona que sigue al mando de un coche lo hace con las condiciones necesarias. Porque, aunque el paso del tiempo es inevitable, la seguridad en la carretera sigue siendo una responsabilidad compartida.
7Conducir es también calidad de vida

No se trata solo de normas ni de papelo. Conducir significa poder seguir yendo al médico sin depender de nadie, llevar a los nietos al parque o hacer la compra tranquilamente. Perder el carnet puede suponer una pérdida importante de independencia, algo que afecta directamente a la calidad de vida.
Por eso es tan importante que quienes pueden seguir conduciendo lo hagan con garantías. Y que quienes no, reciban alternativas o apoyo de la DGT. La seguridad vial también es una cuestión de bienestar social.