Todos hemos sufrido alguna vez ese latigazo inesperado en mitad de la noche, un dolor agudo que nos despierta de golpe y nos deja la pierna o el pie agarrotado. Esos molestos calambres nocturnos son una faena, un intruso que perturba nuestro descanso y nos deja con una sensación de tensión muscular que puede durar horas. Buscamos soluciones rápidas, a veces recurriendo a estiramientos forzados o incluso a fármacos, sin saber que la respuesta podría estar en algo tan sencillo y natural como un mineral esencial que nuestro cuerpo necesita desesperadamente para funcionar correctamente, especialmente cuando cae el sol y los músculos deberían relajarse.
Hablamos del magnesio, un nutriente vital que interviene en cientos de procesos bioquímicos en nuestro organismo, siendo uno de los más importantes la regulación de la función muscular y nerviosa. A menudo subestimado, este mineral actúa como un relajante natural para las fibras musculares, ayudando a prevenir esas contracciones involuntarias y dolorosas que conocemos como calambres. La buena noticia es que no hace falta recurrir a complejos tratamientos; el magnesio se encuentra abundantemente en alimentos tan cotidianos y apetecibles como los frutos secos, las legumbres o incluso una onza de buen chocolate negro, demostrando que cuidar de nuestros músculos puede ser, además de saludable, un placer para el paladar.
4EL DILEMA DEL SUPLEMENTO: ¿CUÁNDO CONSIDERAR UN EXTRA DE MAGNESIO?

Si bien una dieta equilibrada y rica en los alimentos mencionados suele ser suficiente para cubrir las necesidades de magnesio de la mayoría, existen circunstancias en las que la suplementación podría ser una opción a valorar. Personas con ciertas condiciones médicas que afectan la absorción de nutrientes, como la enfermedad de Crohn o la celiaquía, aquellos que toman determinados medicamentos (diuréticos, algunos antibióticos) o individuos con requerimientos aumentados, como los deportistas de alta intensidad o las mujeres embarazadas, podrían beneficiarse de un aporte extra bajo supervisión profesional.
Es fundamental recalcar que la decisión de tomar suplementos de magnesio no debe tomarse a la ligera y siempre es recomendable consultar con un médico o dietista-nutricionista. Ellos podrán evaluar si realmente existe una deficiencia, determinar la dosis adecuada y aconsejar sobre el tipo de suplemento más conveniente (citrato, óxido, cloruro de magnesio, etc.), ya que su biodisponibilidad varía. La suplementación puede ser una herramienta útil para combatir los calambres persistentes, pero nunca debe sustituir una alimentación saludable y variada como base principal.