jueves, 19 junio 2025

Este mineral común previene los calambres nocturnos mejor que cualquier medicamento

Todos hemos sufrido alguna vez ese latigazo inesperado en mitad de la noche, un dolor agudo que nos despierta de golpe y nos deja la pierna o el pie agarrotado. Esos molestos calambres nocturnos son una faena, un intruso que perturba nuestro descanso y nos deja con una sensación de tensión muscular que puede durar horas. Buscamos soluciones rápidas, a veces recurriendo a estiramientos forzados o incluso a fármacos, sin saber que la respuesta podría estar en algo tan sencillo y natural como un mineral esencial que nuestro cuerpo necesita desesperadamente para funcionar correctamente, especialmente cuando cae el sol y los músculos deberían relajarse.

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Hablamos del magnesio, un nutriente vital que interviene en cientos de procesos bioquímicos en nuestro organismo, siendo uno de los más importantes la regulación de la función muscular y nerviosa. A menudo subestimado, este mineral actúa como un relajante natural para las fibras musculares, ayudando a prevenir esas contracciones involuntarias y dolorosas que conocemos como calambres. La buena noticia es que no hace falta recurrir a complejos tratamientos; el magnesio se encuentra abundantemente en alimentos tan cotidianos y apetecibles como los frutos secos, las legumbres o incluso una onza de buen chocolate negro, demostrando que cuidar de nuestros músculos puede ser, además de saludable, un placer para el paladar.

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EL MAGNESIO AL RESCATE: EL GUARDIÁN SILENCIOSO DE NUESTROS MÚSCULOS

Fuente Freepik

El magnesio desempeña un papel fisiológico crucial en la relajación muscular, actuando como un antagonista natural del calcio, mineral que interviene activamente en la contracción. Para que un músculo se contraiga, el calcio entra en las células musculares; para que se relaje, el magnesio ayuda a bombear ese calcio hacia fuera. Cuando los niveles de magnesio son insuficientes, este equilibrio se rompe, el calcio puede acumularse y los músculos pueden permanecer en un estado de ligera tensión o ser más propensos a contraerse de forma espontánea y descontrolada, dando lugar a los temidos espasmos o calambres.

Una deficiencia de magnesio, incluso leve, puede aumentar la excitabilidad de las terminaciones nerviosas y la reactividad de las fibras musculares, creando el caldo de cultivo perfecto para los calambres nocturnos. Nuestro estilo de vida moderno, con dietas a menudo pobres en alimentos frescos y ricas en productos procesados, junto con factores como el estrés crónico, que aumenta la excreción de magnesio, hace que no sea raro encontrar niveles subóptimos de este mineral en la población general. Por ello, asegurar una ingesta adecuada se convierte en una estrategia preventiva de primer orden contra esas dolorosas interrupciones del sueño.


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