jueves, 1 mayo 2025

Hacienda vigila este movimiento bancario y lo investiga automáticamente

Vivimos tiempos en los que la sensación de control sobre nuestras finanzas parece intensificarse día a día, casi como si cada euro que entra o sale de nuestras cuentas estuviera bajo una lupa invisible. La realidad es que Hacienda , con las herramientas digitales actuales, tiene una capacidad de supervisión sin precedentes, enfocándose especialmente en ciertos patrones de movimientos bancarios que antes podían pasar más desapercibidos pero que ahora activan las alarmas de forma casi instantánea. Este escrutinio no es aleatorio; responde a una estrategia clara para detectar flujos de dinero no declarados, poniendo el foco sobre operaciones recurrentes que sugieren una actividad económica sumergida o ingresos opacos al fisco.

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La clave de esta vigilancia reside en la combinación de la información que los propios bancos están obligados a suministrar y los potentes algoritmos que cruzan datos a una velocidad vertiginosa. Ya no se trata solo de grandes sumas de dinero que llaman la atención por su volumen, sino de la constancia y periodicidad de transferencias más modestas, aquellas que dibujan un patrón regular y que no se corresponden con nóminas, pensiones u otras rentas debidamente identificadas. Entender qué tipo de movimientos activan estas alertas automáticas es fundamental para cualquier ciudadano, autónomo o pequeña empresa que quiera evitarse sorpresas desagradables con el erario público, porque la maquinaria de inspección, una vez puesta en marcha, sigue su curso con una lógica implacable y burocrática.

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¿AUTOMÁTICO SIGNIFICA INEVITABLE?: CÓMO FUNCIONA LA ALERTA

Fuente Freepik

Cuando se habla de investigación «automática», no significa que una multa llegue al buzón al día siguiente de producirse la transferencia sospechosa. Lo que ocurre es que los sistemas informáticos de la Agencia Tributaria detectan un patrón de riesgo asociado a un contribuyente concreto, basándose en el cruce masivo de datos bancarios y fiscales, y generan una alerta interna. Esta alerta sitúa al contribuyente en el radar de la inspección, que probablemente iniciará un procedimiento de comprobación para aclarar la naturaleza y el origen de esos ingresos recurrentes no justificados.

El carácter automático se refiere, por tanto, a la detección inicial del indicio, no a la sanción en sí misma. Una vez activada la alerta, Hacienda suele iniciar un requerimiento de información dirigido al contribuyente, solicitándole que aporte documentación (contratos, facturas, justificantes) que explique esos movimientos bancarios bajo escrutinio. Es en esta fase donde el ciudadano tiene la oportunidad de aclarar la situación y demostrar que los ingresos son legítimos y, en su caso, que han tributado correctamente o están exentos. La inevitabilidad no está en la sanción, sino en la alta probabilidad de que el patrón sospechoso sea detectado y dé lugar a una investigación por parte de Hacienda.


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