miércoles, 30 abril 2025

Hacienda vigila este movimiento bancario y lo investiga automáticamente

Vivimos tiempos en los que la sensación de control sobre nuestras finanzas parece intensificarse día a día, casi como si cada euro que entra o sale de nuestras cuentas estuviera bajo una lupa invisible. La realidad es que Hacienda , con las herramientas digitales actuales, tiene una capacidad de supervisión sin precedentes, enfocándose especialmente en ciertos patrones de movimientos bancarios que antes podían pasar más desapercibidos pero que ahora activan las alarmas de forma casi instantánea. Este escrutinio no es aleatorio; responde a una estrategia clara para detectar flujos de dinero no declarados, poniendo el foco sobre operaciones recurrentes que sugieren una actividad económica sumergida o ingresos opacos al fisco.

Publicidad

La clave de esta vigilancia reside en la combinación de la información que los propios bancos están obligados a suministrar y los potentes algoritmos que cruzan datos a una velocidad vertiginosa. Ya no se trata solo de grandes sumas de dinero que llaman la atención por su volumen, sino de la constancia y periodicidad de transferencias más modestas, aquellas que dibujan un patrón regular y que no se corresponden con nóminas, pensiones u otras rentas debidamente identificadas. Entender qué tipo de movimientos activan estas alertas automáticas es fundamental para cualquier ciudadano, autónomo o pequeña empresa que quiera evitarse sorpresas desagradables con el erario público, porque la maquinaria de inspección, una vez puesta en marcha, sigue su curso con una lógica implacable y burocrática.

2
TRANSFERENCIAS BAJO SOSPECHA: EL PERFIL DEL MOVIMIENTO INVESTIGADO

Fuente Freepik

El movimiento bancario que dispara las alertas suele compartir ciertas características que lo hacen destacar ante los sistemas de control tributario. Hablamos de transferencias, habitualmente de importes similares o dentro de un rango estrecho, que se repiten con una periodicidad definida (semanal, quincenal, mensual) y cuyo concepto es vago, inexistente o no coincide con una actividad económica declarada por el receptor. Por ejemplo, recibir todos los meses una cantidad fija con el concepto «varios» o «ingreso» sin más detalle, puede ser una señal de alarma si no se corresponde con una nómina, pensión o prestación conocida por la administración fiscal.

Este tipo de operaciones abarca un espectro amplio de situaciones potencialmente irregulares a ojos del fisco. Puede tratarse del cobro recurrente por pequeños trabajos o servicios realizados «en negro», alquileres de inmuebles no declarados, ingresos periódicos por actividades profesionales paralelas no facturadas debidamente, o incluso supuestas ayudas familiares que enmascaran pagos por algún tipo de contraprestación. La clave para Hacienda es la recurrencia y la falta de justificación documental que acredite el origen legítimo y la correcta tributación de esos fondos recibidos de manera constante en el tiempo.


Publicidad