miércoles, 30 abril 2025

Esta señal de tráfico ‘invisible’ te puede costar 200 euros de multa, y está por todas partes

El asfalto de nuestras carreteras y ciudades está plagado de mensajes silenciosos, de indicaciones que a menudo pasamos por alto en la vorágine del día a día al volante. Y es precisamente esa falta de atención la que puede acarrear una desagradable sorpresa, porque ignorar ciertas marcas viales horizontales puede suponer una dolorosa multa de hasta 200 euros, una sanción que muchos conductores desconocen poder recibir por algo tan aparentemente trivial como una línea pintada en el suelo. Son las señales ‘invisibles’, esas que no están en un poste vertical pero que tienen exactamente la misma validez legal y cuyo incumplimiento se paga caro.

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La rutina al volante, las prisas o simplemente el desconocimiento hacen que no siempre prestemos la debida atención a la pintura que delimita carriles, zonas prohibidas o pasos para viandantes. Creemos que solo las señales verticales o los semáforos dictan las normas de circulación, olvidando que el propio pavimento es un libro abierto de reglas que debemos saber interpretar, ya que su correcta lectura es fundamental para garantizar no solo nuestra seguridad sino la de todos los usuarios de la vía. El problema es que estas marcas, a veces desgastadas por el uso y las inclemencias del tiempo, se vuelven casi fantasmales, pero su autoridad, y la posibilidad de recibir una sanción económica por no respetarlas, sigue intacta ante los ojos de la Dirección General de Tráfico y los agentes de movilidad.

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EL DESGASTE Y LA FALTA DE VISIBILIDAD: ¿UNA EXCUSA VÁLIDA ANTE LA MULTA?

Fuente Pexels

Es innegable que el estado de conservación de la señalización horizontal en muchas vías deja bastante que desear. El paso del tiempo, el tráfico intenso y las condiciones meteorológicas adversas provocan un desgaste considerable de la pintura, haciendo que líneas, flechas y símbolos sean difícilmente visibles, especialmente durante la noche o con lluvia intensa. Esta falta de visibilidad puede, objetivamente, dificultar el cumplimiento de la norma por parte del conductor, que podría encontrarse en una situación de confusión o interpretar erróneamente una señalización casi borrada, lo que añade un factor de riesgo adicional a la conducción y podría llevar a una multa inesperada.

Sin embargo, y a pesar de las dificultades que pueda presentar una marca vial desgastada, la normativa y la jurisprudencia suelen ser claras al respecto: la obligación principal recae sobre el conductor, quien debe adaptar su conducción a las circunstancias de la vía, incluyendo la visibilidad de la señalización. Si bien en casos muy extremos de ilegibilidad total y demostrable se podría intentar recurrir una sanción, la norma general es que la señal existe y es válida mientras no sea retirada o sustituida oficialmente, y el desconocimiento o la dificultad para verla no suelen ser considerados eximentes válidos para evitar una multa. Por tanto, la recomendación es extremar la precaución, anticiparse a las posibles indicaciones y asumir que la pintura en el suelo, por ‘invisible’ que parezca, tiene plena autoridad y su incumplimiento puede costar esos 200 euros.

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