miércoles, 30 abril 2025

La OCU alerta, esta práctica común en las gasolineras te está costando dinero

Repostar el coche es una de esas rutinas casi automáticas para millones de conductores en España, un trámite necesario que a menudo realizamos con la mente puesta en mil cosas distintas, menos en el propio acto de llenar el depósito. Sin embargo, la OCU alerta sobre una práctica descuidada, pero sorprendentemente común, que podría estar engordando la factura final sin que apenas nos demos cuenta: no verificar que el contador del surtidor marca ceros antes de empezar a servirnos el combustible. Puede parecer un detalle menor, una minucia en medio del ajetreo diario, pero este pequeño olvido es una puerta abierta a pagar por aire o, mejor dicho, por gasolina o diésel que nunca llegará a nuestro vehículo.

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La advertencia lanzada por la Organización de Consumidores y Usuarios no es baladí y merece una reflexión pausada por parte de todos los que nos ponemos al volante. Vivimos tiempos en los que cada céntimo cuenta y el precio de los carburantes, siempre fluctuante y a menudo doloroso para el bolsillo, nos obliga a estar más atentos que nunca. Ignorar este simple chequeo previo, ese vistazo rápido al luminoso panel del surtidor, es regalar dinero de forma innecesaria, una cantidad que, aunque pequeña en cada repostaje individual, puede convertirse en una suma considerable a lo largo del año. La picaresca, o simplemente el error humano, puede jugar en nuestra contra si bajamos la guardia en un gesto que debería ser tan instintivo como quitar el tapón del depósito.

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MÁS ALLÁ DEL SURTIDOR: OTRAS ALERTAS DE LA OCU EN CARBURANTES

Fuente Pexels

El aviso sobre el contador a cero es solo una de las múltiples áreas donde la vigilancia es necesaria al tratar con carburantes, un sector donde la OCU mantiene un ojo crítico constante. La organización también ha puesto el foco en otras cuestiones relevantes para los conductores, como la calidad real del combustible ofrecido, especialmente en lo que respecta a las promesas de los carburantes «premium» o aditivados. A menudo, las diferencias de rendimiento no justifican el sobrecoste, según análisis comparativos realizados por la propia entidad, lo que invita a cuestionar si realmente estamos obteniendo un beneficio tangible por ese extra que pagamos en cada litro.

Además de la calidad, la OCU también monitoriza y denuncia posibles discrepancias en las cantidades servidas o irregularidades en la calibración de los surtidores, aunque esto último suele estar sujeto a controles metrológicos oficiales. También se presta atención a la publicidad engañosa o a las promociones confusas que pueden llevar al consumidor a tomar decisiones poco ventajosas. Estar informado sobre estas otras posibles incidencias, gracias a la labor de organizaciones como la OCU, nos permite tener una visión más completa y crítica cada vez que nos acercamos a una estación de servicio, yendo más allá del simple precio por litro.


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