El asfalto es testigo silencioso de nuestras rutinas, prisas y, a veces, de decisiones que tomamos sin calibrar del todo sus consecuencias. Personalizar el coche se ha convertido en una extensión de nuestra propia identidad, una forma de hacerlo más nuestro, más cómodo o simplemente más vistoso, pero cuidado, porque la DGT vigila de cerca cualquier modificación que pueda comprometer la seguridad. Hay elementos que, bajo una apariencia inofensiva y extendida, esconden un riesgo real y, además, la posibilidad de una sanción económica que nos puede pillar totalmente desprevenidos, demostrando que no todo lo que reluce en el habitáculo es oro ni, sobre todo, seguro.
Hablamos de un accesorio omnipresente en muchos vehículos que circulan por nuestras carreteras, un añadido que a menudo se elige por estética, para tapar el desgaste del material original o simplemente por una supuesta mejora en el confort. Sin embargo, la cruda realidad es que ciertas fundas para el volante, especialmente aquellas no homologadas y fabricadas con materiales deslizantes o de ajuste deficiente, representan un peligro tangible al reducir peligrosamente el control sobre la dirección del vehículo y, por ende, pueden ser motivo de multa. Lo que parece un simple toque personal puede convertirse en la antesala de un susto considerable o, peor aún, de un accidente evitable si hubiéramos priorizado la funcionalidad sobre la apariencia.
4NO TODO VALE: CÓMO ELEGIR ACCESORIOS SIN JUGARSE EL TIPO (NI EL BOLSILLO)

La clave para personalizar nuestro vehículo sin comprometer la seguridad ni exponernos a una multa reside en la responsabilidad y el sentido común, eligiendo siempre productos que cumplan con unos mínimos estándares de calidad y, preferiblemente, que cuenten con algún tipo de certificación u homologación si afectan a elementos cruciales para la conducción. En el caso de las fundas para el volante, si realmente se necesita una por desgaste del original, lo aconsejable es buscar opciones de fabricantes reconocidos que especifiquen claramente los materiales, el tipo de ajuste y, sobre todo, que garanticen un nivel de agarre igual o superior al del volante de serie. Consultar en talleres especializados o tiendas de repuestos de confianza siempre es una buena idea antes de adquirir accesorios por impulso, especialmente aquellos relacionados directamente con el manejo del coche. La DGT aplaude las decisiones informadas.
Si el volante original está muy deteriorado, existen alternativas mucho más seguras y duraderas que una funda deslizante de dudosa procedencia. Una opción es el retapizado profesional, que permite restaurar el aspecto y el tacto originales, o incluso mejorarlos, utilizando materiales de alta calidad como cuero o alcántara, asegurando un acabado perfecto y un agarre óptimo que cumple con todas las garantías de seguridad. Otra posibilidad es la sustitución del volante por uno nuevo, ya sea original del fabricante o un modelo aftermarket que esté debidamente homologado para nuestro vehículo. Aunque estas soluciones supongan una inversión mayor, la tranquilidad y la seguridad que proporcionan bien valen la diferencia, algo que la DGT promueve constantemente en sus campañas de concienciación.