miércoles, 30 abril 2025

Este ajuste en tu cuenta de Google impide que escuchen tus conversaciones privadas: sí, te escuchan

Vivimos rodeados de tecnología que nos facilita la vida de maneras que hace unas décadas parecerían ciencia ficción. Los teléfonos inteligentes se han convertido en extensiones de nuestro propio ser, y los asistentes de voz, en compañeros casi omnipresentes que responden a nuestras preguntas, gestionan nuestras agendas o ponen nuestra música favorita con una simple orden verbal; sin embargo, esta comodidad tiene un precio que no siempre es evidente, y que afecta directamente a nuestra privacidad más íntima. La sombra de la sospecha planea sobre si estos dispositivos nos escuchan más de lo que deberían, una preocupación que lejos de ser paranoia, tiene una base muy real en la configuración de nuestras propias cuentas.

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La cuestión fundamental que muchos usuarios se plantean es hasta qué punto llega esa escucha y si es posible limitarla sin renunciar por completo a las ventajas de estos asistentes. La respuesta, afortunadamente, es afirmativa, pero requiere una acción consciente por nuestra parte para revisar y ajustar ciertos parámetros en las tripas de nuestra configuración. Existe un ajuste específico, a menudo desconocido o ignorado por la mayoría, que permite a las grandes tecnológicas almacenar fragmentos de nuestras conversaciones, incluso aquellas que creemos privadas y que no iban dirigidas explícitamente al asistente. Poner coto a esta práctica es más sencillo de lo que parece y esencial para recuperar una parcela de control sobre nuestra intimidad digital.

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¿QUÉ PASA CON MIS GRABACIONES? EL USO QUE GOOGLE DA A TU VOZ

Fuente Freepik

Una vez que somos conscientes de que nuestras interacciones de voz pueden ser almacenadas, la siguiente pregunta lógica es qué hace exactamente Google con ellas. La compañía esgrime varios argumentos, siendo el principal la mejora continua de sus algoritmos de reconocimiento de voz y la personalización de los servicios ofrecidos, como el Asistente de Google o la búsqueda por voz. Analizando millones de fragmentos de audio de usuarios anonimizados, sus sistemas aprenden a entender mejor diferentes acentos, entonaciones y patrones de habla, lo que redunda en una mejor experiencia para todos.

Sin embargo, el uso de estos datos no se limita estrictamente a la mejora técnica. La información extraída de nuestras interacciones de voz, aunque sea de forma agregada y anonimizada según la compañía, también puede contribuir a perfilar nuestros intereses y hábitos para mostrarnos publicidad más relevante en el ecosistema de Google. Aunque no se utilicen directamente las palabras de una conversación privada para segmentar anuncios, el análisis general de las interacciones sí puede influir en el perfil publicitario asociado a nuestra cuenta, un aspecto que añade otra capa de complejidad al debate sobre la privacidad.


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