jueves, 1 mayo 2025

La DGT te cruje con 500 euros si instalas esto en tu coche: es una trampa mortal

Parece que personalizar el coche es casi una religión para algunos conductores, buscando ese toque distintivo que lo haga único. Sin embargo, no todas las modificaciones son bienvenidas ni seguras, y la DGT pone especial atención en aquellas que comprometen la seguridad vial de manera flagrante. Ciertas ‘mejoras’ estéticas pueden convertirse en un auténtico quebradero de cabeza, tanto para el bolsillo como para la integridad física, transformando un simple vehículo en un potencial peligro rodante si no se respetan las normas establecidas por las autoridades competentes en materia de tráfico y seguridad vial, algo que a menudo se olvida en el afán por destacar.

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Hablamos de una práctica que, aunque pueda parecer inofensiva o meramente estética, esconde riesgos considerables y acarrea sanciones económicas muy severas si no se ajusta a la legalidad vigente. La tentación de oscurecer los cristales más allá de lo permitido puede salir muy cara, no solo por la multa que puede imponer Tráfico, sino por las consecuencias fatales que puede tener una visibilidad reducida al volante en determinadas circunstancias. Es una trampa en la que es fácil caer por desconocimiento o por simple imprudencia, ignorando que las normativas existen precisamente para protegernos a todos en la carretera y evitar situaciones de riesgo innecesarias que pueden terminar en tragedia.

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EL GOLPE AL BOLSILLO: CUANDO LA ESTÉTICA SALE CARA GRACIAS A LA VIGILANCIA DE LA DGT

Fuente Freepik

La Dirección General de Tráfico, a través de sus agentes y de los inspectores de la ITV, no se anda con chiquitas cuando detecta este tipo de infracción relacionada con la visibilidad, considerada como grave dentro del código de circulación vigente en España. La sanción económica estándar por llevar instaladas láminas no homologadas o por tintar cristales en zonas no permitidas por la ley asciende a la nada despreciable cifra de 500 euros, una cantidad suficientemente elevada como para hacer replantearse seriamente la conveniencia de esa supuesta ‘mejora’ estética frente al riesgo asumido. Además de la multa pecuniaria, los agentes de la autoridad están plenamente facultados por ley para proceder a la inmovilización inmediata del vehículo si consideran que la falta de visibilidad que presenta supone un riesgo inminente y claro para la seguridad vial del propio conductor y del resto de usuarios.

El ‘sablazo’ económico que supone esta infracción no termina necesariamente con el pago de la multa impuesta por la DGT, ya que las consecuencias negativas se extienden a otros ámbitos igualmente problemáticos y costosos para el propietario del vehículo. Un coche que circule con lunas tintadas de forma ilegal no superará bajo ningún concepto la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), obligando al propietario a retirar las láminas infractoras antes de poder volver a presentar el vehículo, lo que supone un coste adicional por la mano de obra y la pérdida de tiempo correspondiente. Adicionalmente, en caso de sufrir un accidente de tráfico, la compañía aseguradora podría poner serias objeciones o incluso negarse a cubrir los daños materiales o personales si se demuestra pericialmente que la visibilidad reducida por el tintado ilegal fue un factor concurrente o determinante en la producción del siniestro.


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