La Semana Santa ha sido para muchos españoles una oportunidad de oro para desconectar de la rutina y disfrutar de unos días de vacaciones, ya sea en casa, en pueblos con encanto o en destinos internacionales. En medio de este clima de descanso, Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia también decidieron hacer las maletas y alejarse del foco mediático. Para ello, eligieron la idílica isla italiana de Sicilia como destino para vivir unos días de amor y tranquilidad, sin paparazzis ni curiosos a la vista. Sin embargo, su escapada romántica no ha resultado tan plácida como esperaban. Un altercado en plena vía pública ha roto la paz de la pareja y ha convertido una simple comida en un episodio tenso que ha terminado con gritos, amenazas de llamar a la policía y una imagen muy alejada de la que hasta ahora se tenía de Armentia.
1La información sobre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia

Según ha informado el programa ‘Socialité’, la pareja se encontraba disfrutando de un almuerzo en uno de los restaurantes de la ciudad cuando ocurrió un incidente que derivó en una discusión de tal magnitud que incluso un testigo consideró llamar a la policía. Lo que debía ser un momento íntimo se convirtió en un auténtico escándalo. Todo comenzó cuando un cliente del restaurante decidió tomar una fotografía de la fachada del local para poder subir una reseña. Una acción inocente y bastante habitual, pero que fue malinterpretada por Ainhoa Armentia, quien al ver al hombre con el móvil en la mano, pensó que estaba siendo fotografiada junto a su pareja. Su reacción fue inmediata y desproporcionada. Según relata el testigo, Ainhoa salió alterada y visiblemente molesta, gritándole que dejaran de grabar y exigiéndole que se marchara del lugar, mientras lanzaba frases como “¿qué pasa, ya nos habéis pillado? No grabéis más, fuera de aquí, dejadnos en paz”.
La sorpresa del testigo fue total. Él no entendía por qué estaba siendo increpado de ese modo, sobre todo porque asegura que ni siquiera sabía que Iñaki y Ainhoa estaban allí sentados hasta ese momento. Fue la actitud agresiva de ella lo que le llevó a darse cuenta de que no se trataba de una pareja cualquiera. El hombre trató de calmar la situación, le explicó que no estaba haciendo fotos a nadie y que solo quería guardar el recuerdo del restaurante, pero el nivel de tensión ya era insostenible. Incluso amenazó con llamar a la policía italiana si Armentia no dejaba de gritarle. Lo más llamativo, según este relato, fue la actitud de Iñaki Urdangarin, quien en todo momento permaneció dentro del local sin intervenir ni mediar palabra para apaciguar los ánimos. Esa pasividad le valió la crítica del testigo, que lo calificó de “cobarde”, al contrastar su falta de reacción con el estado de nerviosismo extremo de su pareja.
Armentia, aún alterada, regresó a su mesa después de agitar una servilleta en señal de protesta. Terminó su comida sin dirigirse más al cliente al que había acusado, mientras en el restaurante el ambiente se tornaba incómodo por la escena vivida. El testigo decidió quedarse unos minutos más, tal vez por curiosidad o simplemente para cerrar el episodio, y fue entonces cuando pudo comprobar que, pese al encontronazo, la pareja no parecía afectada. Salieron del local tomados de la mano, se dieron un beso y continuaron su paseo como si nada hubiese pasado, una imagen que contrasta profundamente con el momento de tensión vivido minutos antes. Esa escena de cariño ha sido interpretada por algunos como una muestra de que, a pesar del carácter de Ainhoa, la pareja sigue unida y feliz.