sábado, 21 junio 2025

Este despiste con la ITV caducada puede salirte por un ojo de la cara

Hay olvidos cotidianos que apenas tienen trascendencia, como dejarse las llaves o no comprar el pan, pero existen otros despistes que pueden convertirse en un verdadero quebradero de cabeza y afectar seriamente a nuestro bolsillo. Pocas cosas ilustran mejor esta situación que circular con el coche sin haber pasado la Inspección Técnica de Vehículos, un detalle que puede parecer menor, pero cuyas consecuencias económicas van mucho más allá de la simple multa administrativa si tenemos la mala suerte de sufrir un accidente. La tranquilidad de saber que nuestro seguro responderá puede desvanecerse en un instante si descubrimos que la falta de la pegatina actualizada invalida ciertas coberturas esenciales, transformando un percance vial en una posible ruina financiera.

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La rutina diaria, las prisas y la sensación de que «a mí no me va a pasar» a menudo nos llevan a posponer tareas como la de llevar el coche a la estación de inspección. Sin embargo, subestimar la importancia de tener la ITV al día es un error de cálculo peligroso, especialmente cuando entran en juego las aseguradoras. Estas compañías, ante un siniestro, revisan con lupa toda la documentación y el estado del vehículo, y la ausencia de una inspección favorable puede ser el argumento perfecto para desentenderse de los costes derivados del accidente, dejándonos en una posición de absoluta vulnerabilidad económica y legal frente a los daños propios y ajenos.

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PONERSE LAS PILAS: LA ITV COMO ESCUDO PROTECTOR

Fuente Freepik

Resulta evidente que considerar la ITV como un mero trámite burocrático o una simple formalidad para evitar una multa es una visión peligrosamente miope. La Inspección Técnica de Vehículos es, ante todo, un mecanismo de control que busca garantizar que los vehículos que circulan por nuestras carreteras cumplen unos estándares mínimos de seguridad, protegiendo así no solo a sus ocupantes sino también al resto de usuarios de la vía. Pero, además, como hemos visto, se ha convertido en una pieza clave en la relación contractual con nuestra aseguradora, un requisito indispensable para que las coberturas contratadas mantengan su plena vigencia en caso de accidente.

Por todo ello, mantener la ITV al día no debería verse como una obligación molesta, sino como una inversión en tranquilidad y seguridad, tanto física como económica. El coste y el tiempo dedicados a pasar la inspección son irrisorios si se comparan con las potenciales consecuencias de no hacerlo: desde asumir reparaciones costosas hasta enfrentarse a reclamaciones millonarias por daños a terceros. Ponerse las pilas y asegurarse de que nuestro vehículo cumple con este requisito legal es, en definitiva, la forma más inteligente de evitar que un simple despiste con la ITV caducada termine saliendo, literalmente, por un ojo de la cara.

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