miércoles, 30 abril 2025

La DGT avisa, este pequeño olvido al aparcar en cuesta te puede costar 200 euros y un disgusto

Dejar el coche aparcado en una calle con pendiente es una maniobra cotidiana para miles de conductores en España, tan habitual que a menudo la realizamos casi sin pensar. Sin embargo, un pequeño descuido en este gesto aparentemente trivial puede convertirse en una fuente de problemas serios, y la DGT es clara al respecto, recordándonos las consecuencias de la falta de atención. No hablamos solo de un posible susto o de daños materiales, sino también de una sanción económica que puede mermar nuestro bolsillo de forma inesperada y considerable, todo por no asegurar correctamente el vehículo contra el movimiento involuntario.

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Ese gesto mecánico de tirar del freno de mano, a veces realizado con prisas o sin la firmeza necesaria, esconde una responsabilidad crucial para la seguridad vial y la convivencia en nuestras ciudades. La normativa de tráfico es taxativa en este punto, buscando prevenir situaciones de riesgo que, aunque no sean las más frecuentes, pueden tener efectos devastadores cuando ocurren. Comprender la importancia de este detalle y las implicaciones de obviarlo, tanto a nivel legal como práctico, es fundamental para evitar no solo la multa, sino también el profundo disgusto que puede acarrear ver nuestro coche desplazándose sin control cuesta abajo.

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APARCAR EN CUESTA COMO UN PROFESIONAL: TRUCOS INFALIBLES

Fuente Freepik

Para evitar la multa y, sobre todo, los riesgos asociados a un mal estacionamiento en pendiente, basta con seguir unas pautas sencillas pero efectivas que garantizan la inmovilización del vehículo. La primera y fundamental es accionar el freno de mano con decisión, tirando de la palanca con firmeza hasta sentir que ha alcanzado un punto de bloqueo seguro, asegurándonos de que no queda flojo ni a medio recorrido, lo cual comprometería su eficacia. En coches con freno de estacionamiento eléctrico, hay que asegurarse de que el testigo luminoso correspondiente confirma su activación completa.

Además del freno de mano, existe una recomendación crucial que complementa la seguridad: dejar una marcha engranada. Si aparcamos cuesta arriba, insertaremos la primera velocidad; si lo hacemos cuesta abajo, optaremos por la marcha atrás, de forma que la propia resistencia del motor actúe como un freno adicional si el principal fallara. Y como medida extra de precaución, especialmente en pendientes muy pronunciadas, es altamente recomendable girar las ruedas delanteras: hacia el bordillo si estamos cuesta abajo (para que este detenga el coche si se mueve) y hacia el centro de la calzada si estamos cuesta arriba (para que, si rueda hacia atrás, la parte trasera del neumático toque el bordillo). La DGT apoya estas buenas prácticas.


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