miércoles, 18 junio 2025

El alimento ‘prohibido’ número 1 si sufres de gota y no es la carne roja

El imaginario popular suele señalar con dedo acusador a ciertos alimentos cuando se habla de dolencias como la hiperuricemia. Pensamos casi instintivamente en copiosas comidas ricas en carnes rojas o mariscos, esos festines que asociamos a excesos y que, ciertamente, tienen su cuota de responsabilidad en el aumento del ácido úrico. Sin embargo, existe un ‘enemigo’ mucho más cotidiano y socialmente aceptado que encabeza la lista negra para quienes sufren de gota, un adversario disfrazado de refrescante y popular bebida que a menudo pasa desapercibido en las recomendaciones dietéticas más superficiales.

Publicidad

La sorpresa para muchos llega al descubrir que no es un manjar sólido, sino líquido, el principal responsable de desencadenar esos dolorosos ataques que incapacitan las articulaciones. Hablamos de la cerveza, esa compañera inseparable de terrazas y aperitivos que, bajo su apariencia inocente, esconde una combinación particularmente perjudicial para los niveles de ácido úrico. Su doble impacto, aportando una cantidad significativa de purinas y dificultando su eliminación, la convierte en un factor de riesgo de primer orden, superando incluso a los sospechosos habituales en la dieta de quienes padecen esta condición metabólica.

5
CONSEJOS PRÁCTICOS: CÓMO NAVEGAR LAS REUNIONES SOCIALES SIN SUFRIR

Fuente: Freepik

Enfrentarse a situaciones sociales donde el consumo de cerveza es habitual puede ser un desafío para quienes deben controlar sus niveles de ácido úrico. Una estrategia fundamental es mantenerse bien hidratado bebiendo abundante agua antes, durante y después del evento, lo que ayuda a diluir el ácido úrico y facilita su eliminación renal. Optar por alternativas sin alcohol, como cerveza sin, refrescos light, zumos naturales diluidos o simplemente agua con gas y limón, permite participar del ambiente sin poner en riesgo la salud articular. La prevención es clave cuando se gestiona la gota.

Si se decide consumir alguna bebida alcohólica, es preferible elegir opciones con menor impacto potencial, como una copa de vino con moderación, y siempre acompañándola de agua. Es crucial recordar que la gestión de la gota va más allá de evitar la cerveza; implica seguir una dieta equilibrada baja en purinas en general, mantener un peso saludable, realizar ejercicio físico moderado y, fundamentalmente, seguir escrupulosamente el tratamiento médico prescrito si existe, ya que los fármacos hipouricemiantes son a menudo necesarios para mantener a raya la enfermedad de forma efectiva. Consultar con el médico o un dietista-nutricionista es siempre el mejor camino para personalizar las recomendaciones.

Siguiente

Publicidad