martes, 3 junio 2025

Tiene 0 habitantes censados, está en Guadalajara y fue escenario de una película de Hollywood

Enclavado entre los abruptos relieves del Parque Natural del Río Dulce, el pequeño pueblo de Pelegrina emerge como un enigmático vestigio del pasado. A menos de diez kilómetros de Sigüenza, Guadalajara acoge este núcleo rural que actualmente registra cero habitantes censados de manera permanente. Esta joya abandonada del patrimonio rural español ha sido escenario de una de las grandes producciones cinematográficas de Hollywood, sirviendo como inspiración para la ambientación medieval de la película «Merlín el Encantador» de Walt Disney en 1963.

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El imponente paisaje que rodea Pelegrina, con su profundo cañón tallado por el río Dulce y coronado por los restos de un castillo medieval del siglo XII, convierte a este enclave en un lugar de singular belleza que parece detenido en el tiempo. Aunque oficialmente deshabitado según el censo actual, durante los meses estivales algunas casas rurales y segundas residencias recuperan brevemente la vida de este rincón guadalajareño, convertido hoy en un destino de interés para amantes de la naturaleza, la historia y el cine.

EL ENCANTO MEDIEVAL DE UN PUEBLO FANTASMA

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Recorrer las callejuelas desiertas de Pelegrina supone emprender un viaje a través de siglos de historia castellana. El pequeño núcleo urbano, asentado sobre un promontorio rocoso que domina el espectacular cañón del río Dulce, conserva todavía la estructura característica de los pueblos medievales de la zona. Entre sus construcciones más notables destaca la iglesia románica de Santa Catalina, del siglo XII, silenciosa testigo de un esplendor pasado que contrasta con el actual abandono.

La arquitectura tradicional de Pelegrina, con casas de sillarejo y mampostería propia de la región, se mantiene en pie como testimonio de un modo de vida ya desaparecido. Tras la reconquista cristiana del territorio en el siglo XII, el rey Alfonso VII entregó esta localidad al obispo don Bernardo de Agén para incorporarla al señorío de Sigüenza, iniciando así una historia feudal que marcaría el destino de Pelegrina durante siglos. La plaza Mayor, con su fuente central, permanece como el corazón silencioso de un pueblo que hace décadas palpitaba con la actividad de sus habitantes.

LAS RUINAS QUE INSPIRARON A DISNEY

Dominando el paisaje desde lo alto de un cerro, las ruinas del castillo de Pelegrina constituyen uno de los elementos más emblemáticos de este enclave de Guadalajara. Esta fortaleza medieval, construida posiblemente sobre los restos de una torre defensiva árabe, fue el escenario que cautivó a los creativos de Disney cuando buscaban inspiración para ambientar su clásica película «Merlín el Encantador» de 1963. La silueta recortada de sus muros contra el cielo castellano, con sus 25 metros de longitud y su imponente presencia sobre el valle del río Dulce, evoca perfectamente el mundo legendario del Rey Arturo y de su mentor, el mago Merlín.

La magia de este entorno natural y patrimonial no pasó desapercibida para los productores hollywoodienses, que encontraron en Pelegrina el escenario perfecto para recrear la Inglaterra medieval. La adaptación animada de la novela «La espada en la piedra» de T.H. White necesitaba un entorno que transmitiera la esencia de los castillos medievales y los bosques misteriosos donde Merlín enseñaría al joven Arturo. El paisaje kárstico del cañón del río Dulce, con sus formaciones rocosas caprichosas y su vegetación exuberante que contrasta con la aridez de la meseta castellana, proporcionó a los dibujantes de Disney un fondo natural único para sus creaciones.

UN PARAJE NATURAL DE PELÍCULA

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El espectacular marco natural que envuelve a Pelegrina ha sido siempre uno de sus mayores atractivos. El Parque Natural del Barranco del Río Dulce, declarado espacio protegido por su extraordinario valor ecológico y paisajístico, ofrece un contraste sorprendente con la meseta castellana circundante. Sus profundas hoces labradas en roca caliza durante millones de años albergan una biodiversidad excepcional que cautiva a naturalistas y visitantes.

No es casualidad que este enclave fuera uno de los lugares favoritos del célebre naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, quien descubrió y documentó su riqueza faunística. Las verticales paredes del cañón sirven de refugio a numerosas aves rapaces, mientras que el río Dulce, que debe su nombre a la escasa mineralización de sus aguas, sustenta un ecosistema fluvial de gran valor. Este entorno único, con sus formaciones geológicas espectaculares y su rica biodiversidad, ha servido como escenario natural para diferentes producciones audiovisuales a lo largo de las décadas, siendo «Merlín el Encantador» la más destacada internacionalmente.

DE SEÑORÍO EPISCOPAL A PUEBLO ABANDONADO

La historia de Pelegrina está intrínsecamente ligada a los vaivenes del poder en la región de Guadalajara. Tras pertenecer al señorío de los obispos de Sigüenza durante tres siglos, la localidad cambió varias veces de manos a lo largo de su historia. Los mismos señores que dominaban la cercana Mandayona extendieron su influencia sobre Pelegrina, hasta que finalmente pasó a formar parte del extenso patrimonio de los duques del Infantado, una de las familias nobiliarias más poderosas de Castilla.

El declive demográfico que afectó a gran parte de la España rural durante el siglo XX no perdonó a Pelegrina. El éxodo hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades fue vaciando progresivamente sus casas hasta convertirla en un pueblo fantasma. A diferencia de otras localidades completamente abandonadas, Pelegrina mantiene cierta actividad estacional gracias al turismo rural. Varias casas han sido restauradas como alojamientos rurales, entre ellas «El Picozo de Pelegrina» y «El Caballito de Madera», que permiten a los visitantes experimentar la tranquilidad y la belleza de este entorno privilegiado mientras contribuyen a preservar parte del patrimonio arquitectónico de la localidad.

TURISMO Y CONSERVACIÓN: EL FUTURO DE PELEGRINA

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A pesar de su condición de pueblo oficialmente deshabitado, Pelegrina ha encontrado en el turismo rural una vía para su conservación y puesta en valor. El Parque Natural del Río Dulce atrae cada año a numerosos visitantes interesados en sus rutas senderistas, su riqueza ornitológica y sus formaciones geológicas. La combinación de patrimonio histórico y entorno natural hace de este enclave un destino único en Guadalajara, cada vez más apreciado por turistas nacionales e internacionales.

El interés cinematográfico añade un atractivo adicional a la visita. Los aficionados al cine clásico de Disney encuentran fascinante recorrer los paisajes que inspiraron los fondos de «Merlín el Encantador», reconociendo en sus cerros y castillo las siluetas que aparecen en la icónica película de animación. La influencia de este paisaje en la estética medieval recreada por los dibujantes de Disney es perceptible en muchas escenas de la película, especialmente en las que muestran el castillo del Rey Uther Pendragon y los bosques donde Merlín instruye al joven Arturo.

Actualmente, diversas iniciativas buscan revitalizar el patrimonio de Pelegrina y evitar su completa desaparición. La rehabilitación de algunas viviendas como alojamientos turísticos, la señalización de rutas que recorren sus puntos de interés y la promoción de sus valores naturales y culturales son estrategias que pueden asegurar la pervivencia de este tesoro escondido de Guadalajara. Pelegrina demuestra así que, aunque sus calles hayan perdido a sus habitantes permanentes, su legado histórico y su belleza natural siguen vivos en el imaginario colectivo, tanto español como internacional, gracias en parte a la magia del cine.

UN ESCENARIO PARA LA IMAGINACIÓN

El vínculo entre Pelegrina y la película «Merlín el Encantador» trasciende lo meramente anecdótico para convertirse en un ejemplo de cómo el patrimonio español ha inspirado a la cultura popular mundial. La adaptación que Disney realizó en 1963 de la novela de T.H. White encontró en los paisajes de Guadalajara el marco perfecto para desarrollar su historia. El castillo en ruinas de Pelegrina, con su emplazamiento estratégico sobre el cañón, evoca perfectamente el mundo artúrico recreado en la película.

Los elementos medievales que perviven en Pelegrina, como su iglesia románica y los restos de su fortaleza, proporcionaron a los dibujantes de Disney referencias visuales de gran valor para crear la ambientación de su película. La combinación de arquitectura medieval y entorno natural salvaje que caracteriza a este rincón de Guadalajara resultó ideal para representar la Inglaterra legendaria donde se desarrollan las aventuras del joven Arturo bajo la tutela del mago Merlín.

La historia del cine está llena de ejemplos de localizaciones españolas que han servido como escenario para producciones internacionales, pero el caso de Pelegrina resulta especialmente significativo por tratarse de un pueblo actualmente deshabitado. Mientras que otros enclaves han capitalizado su presencia en la gran pantalla para impulsar el turismo, Pelegrina permanece como un secreto relativamente bien guardado, un lugar donde el visitante puede sumergirse en el mismo paisaje que inspiró a los artistas de Disney hace más de medio siglo, sin las aglomeraciones típicas de los destinos turísticos más conocidos.

El encanto de Pelegrina radica precisamente en ese carácter recóndito y auténtico, en la posibilidad de descubrir por uno mismo las ruinas del castillo que posiblemente inspiraron el de la película, de recorrer los senderos junto al río Dulce imaginando a Merlín y Arturo en sus lecciones de sabiduría, o de contemplar el vuelo de las rapaces sobre el cañón evocando las transformaciones mágicas de los personajes en aves. Un lugar donde la realidad y la fantasía se entrelazan, haciendo de Guadalajara un escenario para la imaginación universal.

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LA HUELLA CINEMATOGRÁFICA EN GUADALAJARA

La provincia de Guadalajara, a menudo eclipsada turísticamente por destinos más conocidos, atesora numerosos enclaves de gran valor paisajístico y patrimonial que han atraído la atención de la industria cinematográfica a lo largo de los años. El caso de Pelegrina y su conexión con «Merlín el Encantador» representa solo uno de los ejemplos más destacados de esta relación entre el territorio alcarreño y el séptimo arte.

Los escarpados paisajes del Alto Tajo, la arquitectura medieval de Sigüenza o los pueblos negros de la Sierra Norte han servido como escenario para diversas producciones nacionales e internacionales. La singularidad geológica y paisajística de la provincia, unida a su rico patrimonio histórico y a la buena conservación de sus entornos rurales, la convierten en un plató natural de excepcional valor para cineastas de todo el mundo.

En el caso específico de Pelegrina, su aparición indirecta en el imaginario cinematográfico a través de «Merlín el Encantador» ha contribuido a preservar su memoria en un momento en que muchos pueblos similares se ven condenados al olvido. Aunque el paso del tiempo y el abandono han hecho mella en sus edificios, el interés que despierta su vinculación con la película de Disney ha puesto a Pelegrina en el mapa para aficionados al cine y amantes del turismo cultural, generando un modesto pero continuo flujo de visitantes curiosos por conocer este enclave único de Guadalajara.

La magia del cine ha logrado así lo que la evolución socioeconómica no pudo: mantener vivo el interés por Pelegrina y asegurar que, a pesar de sus cero habitantes censados, este pueblo de Guadalajara siga teniendo una presencia significativa en el imaginario colectivo como el lugar que inspiró uno de los clásicos más queridos de la animación mundial.


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