En el capítulo 266 de Sueños de Libertad, Jesús, uno de los personajes más entrañables y complejos de la serie, toma una decisión que cambiará su vida y la de los que le rodean para siempre. Con el corazón lleno de desencantos y el peso de la dislocación, Jesús decide dejar Toledo y marchar a París, sin mirar atrás y abandonando un pasado lleno de desencuentros y de vacío. Este acontecimiento no solo cambiará su destino, sino que conmoverá los cimientos de las familias De la Reina y Merino que tienen que lidiar con sus propias tensiones.
La trama de Sueños de Libertad siempre ha reflejado las dificultades sociales, familiares y personales que produjeron una determinada época, y en este capítulo se agudizan los conflictos, los lazos se deshacen y los personajes tienen que tomar decisiones que les cambiarán para siempre.
2CONFLICTOS EN LA FÁBRICA

Cuando Gema, siempre defensora de los intereses laborales, es desafiada en las primeras diferencias con Joaquín, reajusta la tendencia del caso, que, como se verá, le resulta irreformable. Gema persiste en su denuncia de la injusticia, incluso si eso la lleva a que hable con Joaquín, su marido. Este enfrentamiento con Joaquín pone las relaciones de clase y de género en primer plano y deja también su impronta en las relaciones de pareja más íntimas y personales.
Por el contrario, Górriz, manipulador, oportunista y engreído, ve en los rumores sobre Joaquín y Tasio una oportunidad para hacer de las suyas. De esta forma, se aprovecha de Don Pedro, quien les pide que aticen la discordia con chismes, con un intento de recrudecer la protesta de la fábrica y de provocar un conflicto social en la propia fábrica que, como veremos, es total. La fábrica, como microcosmos de la sociedad, deviene en escenario de la lucha donde la lucha de clases y la lucha de intereses personales devienen en críticas colectivas, teatralizadas salvajemente.
Gaspar, por otra parte, se debate entre el conocimiento y la ignorancia, la cultura y el analfabetismo. El respetar el secreto de su analfabetismo, con la ayuda de Manuela, pues todavía continúa con sus clases de lectura en secreto, la necesidad de reaccionar por la aparición de Fina, su hermana, y el solicitar a Manuela que, ahora sí, modere su conducta para cumplir con la promesa de guardar su secreto por miedo a perder a Manuela.
No solo eso, ve que el paralelismo y la parodia también tienen un lugar en Gema y Joaquín, cuyo tirón es todo tensión y rivalidad por la mediación de las clases de lectura. La entrada de la misma Fina (tan exigente con Gaspar) choca con el paralelismo por la entrada de la misma Fina. Este pequeño hilo de tensión no es solo un atrezo que permite también la compra de un lugar, su pequeño recurso, sino que llama a tener en cuenta una de las cuestiones que trascienden el contenido, pues hace alusión a la educación de quienes aquí no saben leer ni escribir.