Con la llegada del verano, muchos buscan soluciones rápidas para depurar el cuerpo y prepararse para la temporada de playa. Entre las tendencias más populares se encuentran los zumos depurativos, promocionados como una forma infalible de limpiar el organismo y perder peso en tiempo récord. Sin embargo, la OMS ha decidido intervenir para aclarar algunos mitos que rodean esta práctica, subrayando que no todo lo que brilla es oro, especialmente cuando se trata de dietas extremas o productos milagro. Este llamado a la cordura busca proteger a los consumidores de falsas promesas que pueden poner en riesgo su salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara al señalar que la idea de «desintoxicar» el cuerpo con zumos es un concepto comercial sin base científica sólida. Según sus investigaciones, el cuerpo humano ya cuenta con mecanismos naturales para eliminar toxinas, principalmente a través del hígado y los riñones, lo que convierte a estos productos en innecesarios desde un punto de vista médico. Aunque los zumos pueden ser parte de una dieta equilibrada, su uso excesivo o como sustituto de comidas puede generar efectos negativos, especialmente si no se tiene en cuenta el contexto nutricional completo.
4DESMONTANDO MITOS: EL PAPEL DE LA OMS EN LA EDUCACIÓN NUTRICIONAL

La labor de la OMS no se limita a emitir advertencias sobre prácticas peligrosas; también incluye una misión educativa clave para combatir la desinformación en torno a la nutrición, la organización trabaja activamente para difundir información basada en estudios rigurosos, desmontando mitos que han ganado popularidad gracias a influencers y campañas publicitarias engañosas. Su objetivo es empoderar a las personas para que tomen decisiones conscientes sobre su salud, alejándose de soluciones rápidas que no tienen respaldo científico.
Uno de los mayores retos que enfrenta la OMS es contrarrestar la influencia de las redes sociales, donde proliferan consejos nutricionales sin fundamento, muchos usuarios confían ciegamente en recomendaciones sin verificar su procedencia, lo que puede llevar a la adopción de hábitos perjudiciales bajo la falsa creencia de que son beneficiosos. Para abordar este problema, la OMS ha lanzado campañas informativas dirigidas a jóvenes y adultos, utilizando lenguajes accesibles y formatos atractivos para llegar a audiencias amplias.
Finalmente, la OMS subraya la importancia de fomentar políticas públicas que regulen la comercialización de productos relacionados con la salud, las autoridades deben garantizar que las afirmaciones en etiquetas y anuncios sean veraces, evitando que los consumidores sean engañados por promesas falsas. Solo a través de una combinación de educación, regulación y acceso a información confiable será posible crear un entorno donde las decisiones alimentarias estén guiadas por la ciencia y no por el marketing.