miércoles, 7 mayo 2025

Cómo cuidar tu piel partiendo de una buena alimentación

La piel, esa eterna preocupada por rojeces, granitos y arrugas, no se cuida sola. Aunque las cremas ayudan, lo que realmente manda es la comida. Porque, al final, la piel es un espejo de lo que pasa dentro. Si quieres tener una piel luminosa, sin brillos raros ni sequedades, debes empezar por la alimentación. Esto es todo lo que deberías saber para que la piel deje de pedir auxilio y empiece a brillar como debería.

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Piel y comida, el combo ganador

No hay que ser experto para saber que lo que comes te afecta. Si lo único que entra al cuerpo son galletas, fritangas y refrescos, la piel lo nota a los cuatro vientos: granitos, rojeces y un aspecto cansado. Pero, si te animas a darle a tu cuerpo cosas frescas, coloridas y naturales, la historia cambia. La vitamina C, por ejemplo, que está en las naranjas y los frutos rojos, ayuda a que la piel esté más firme porque potencia el colágeno. Y las grasas saludables, como las del aguacate o las nueces, hacen que la piel se mantenga hidratada y con buena cara.

Los aliados de la piel en la cocina

1. Frutas y verduras: Las zanahorias, por ejemplo, no solo son para los conejos, también son buenísimas para la piel porque tienen betacaroteno, que la protege del sol. Y no se diga del brócoli o las espinacas, que son ricos en vitamina E y te ayudan a combatir las arrugas antes de tiempo.

2. Grasas que sí valen la pena: No todas las grasas son el enemigo. Las del aceite de oliva, el pescado o los frutos secos son oro puro para la piel. La mantienen suave, flexible y con ese brillo que no se consigue ni con el mejor iluminador.

3. Hidratación, siempre: Beber agua es básico, pero también se puede sumar con alimentos que hidraten, como el pepino o la sandía.

4. Un toque natural: Si buscas algo diferente, tomando crema de coco natural tu cuerpo recibirá grasas saludables y estará cargado de antioxidantes. Este producto es ideal para quienes quieren añadir un extra de cuidado a la piel mientras disfrutan de algo rico. Además, es versátil: va igual de bien en un smoothie que en una receta salada.

¿Qué comer para que la piel lo agradezca?

No se trata de volverse loco contando calorías ni comprando cosas raras. Con unas pocas ideas, la cosa mejora mucho:

  • Menos procesados: Esos paquetes brillantes del súper son rápidos, sí, pero están llenos de azúcares y sal que solo empeoran la piel. Mejor optar por comida casera y natural.
  • Cereales integrales: Pan integral, arroz integral… lo que sea, pero que no sea refinado. Esto mantiene los niveles de azúcar en sangre estables y, con ello, la piel feliz.
  • Proteínas de verdad: Ya sea pollo, tofu, pescado o legumbres, las proteínas son clave para que la piel se regenere como debe.
  • Un poco de dulce, pero natural: Frutos rojos, un buen chocolate negro (que no sea puro azúcar disfrazado) o un té verde son geniales para mantener la piel joven.

Cuidar la piel más allá del plato

Aunque lo que comemos es el pilar, no hay que olvidarse de lo básico: dormir bien, mover el cuerpo y protegerse del sol. Porque ni toda la crema del mundo arregla el daño de no ponerse protector solar. También ayuda tener una rutina de limpieza facial que, no tiene que ser de mil pasos, pero sí constante.


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