domingo, 12 octubre 2025

Garamendi (CEOE) critica al Gobierno por aplicar una reforma fiscal de «impuestos a la carta»

La reforma fiscal en España: ¿un riesgo para la inversión empresarial?

En el actual contexto económico, la reforma fiscal que se votará en el Congreso plantea interesantes dudas sobre su impacto en la confianza del inversor. Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha manifestado su preocupación, argumentando que esta reforma podría tener efectos negativos en la dinámica empresarial del país.

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La presión fiscal en España: un análisis crítico

Durante un reciente encuentro empresarial organizado por la CEOE y Cepyme, Garamendi expresó su descontento con la manera en que el Gobierno está manejando la presión fiscal. Según sus palabras, «lo que se está haciendo con los impuestos en España, con la presión fiscal, sinceramente nosotros pensamos que no se está haciendo bien». Esta declaración resalta una inquietud creciente entre los empresarios acerca de la sostenibilidad de las medidas fiscales que se están implementando.

Un aumento de la carga fiscal

Garamendi advierte que las nuevas medidas aumentarán la presión fiscal y las cargas sobre las empresas, especialmente sobre las más pequeñas. «No puede ser que nos suban los salarios, nos suban la Seguridad Social y nos quiten las horas», subraya. Este incremento en la presión fiscal puede suponer un freno para el crecimiento y la competitividad de las pequeñas empresas, que ya enfrentan numerosos desafíos en un mercado cada vez más globalizado.

El debate sobre la fiscalidad en España es particularmente relevante en un momento en que la recuperación económica tras la pandemia sigue siendo frágil. Aumentar la carga impositiva sobre las empresas podría disuadir a los inversores potenciales, quienes podrían optar por activar su capital en economías más favorables.

Comparativa de presión fiscal en Europa

El presidente de la CEOE profundizó en su análisis al recordar un estudio del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y la Tax Foundation que revela que la presión fiscal en España es superior a la de otros países europeos. Esta diferencia se debe en gran medida al elevado nivel de economía sumergida y a la incapacidad del sistema tributario para capturar la totalidad de la actividad económica. Esto plantea un interrogante crucial: ¿debería el Gobierno centrarse en mejorar la recaudación fiscal entre quienes evitan pagar impuestos, en lugar de incrementar la carga sobre aquellos que ya contribuyen?

La realidad actual sugiere que, en lugar de ir hacia un sistema más justo y equitativo, se están tomando decisiones que podrían ahogar aún más las iniciativas empresariales. La idea de «pagar todos adecuadamente» es la combinación que Garamendi propone. Sin embargo, se enfrenta a un sistema que, ante la falta de efectividad en la recaudación, elige agravar la carga de los contribuyentes cumplidores.

El caso de las empresas energéticas

Otro aspecto que ha suscitado críticas por parte de Garamendi es el compromiso del Gobierno con partidos como ERC, Bildu y BNG para elaborar un real decreto que prorrogará el gravamen sobre las empresas energéticas. Es evidente que la implementación de estas medidas genera cierta inquietud en el sector. Por muchos fondos europeos que vengan, que sean 20.000 o 30.000 millones, nos faltan 260.000 o 270.000 millones de inversión privada», comentó. Esto pone de relieve la necesidad urgente de fomentar un entorno de inversión más atractivo y amigable.

El efecto acumulativo de todas estas reformas puede socavar la confianza de los inversores, quienes valoran la estabilidad y previsibilidad a largo plazo. Un entorno fiscal cambiante e incierto puede empujar a empresarios y emprendedores a buscar oportunidades en mercados más estables.

Hacia una reforma más eficaz

La necesidad de una reforma fiscal que promueva el crecimiento y la inversión es innegable. En lugar de imponer mayores restricciones y cargas a las empresas, sería más beneficioso para la economía española considerar medidas que incentiven la inversión y, al mismo tiempo, logren una recaudación eficaz.

Entre las posibles reformas fiscales, podrían considerarse:

  1. Incentivos fiscales para pequeñas y medianas empresas (pymes): Rebajas impositivas o créditos fiscales podrían ser una forma de ayudar a las pymes a crecer y mantenerse competitivas.
  2. Mejora de la eficiencia recaudatoria: Hacer frente a la economía sumergida debe ser una prioridad. Invertir en tecnología y recursos para mejorar la recaudación sobre aquellos que no cumplen con sus obligaciones fiscales podría aliviar la carga sobre los contribuyentes cumplidores.
  3. Fomentar la inversión extranjera: Establecer un marco normativo que haga a España más atractiva para los inversores internacionales podría revitalizar la economía, permitiendo una mayor participación de capital en diversos sectores.


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