Han pasado 40 años desde la muerte de Francisco Rivera «Paquirri», quien falleció trágicamente en la plaza de toros de Pozoblanco, Córdoba, a los 36 años. Su partida dejó un enorme vacío en su familia y en el mundo taurino, además de un legado que ha marcado la vida de sus hijos: Fran Rivera, Cayetano Rivera y Kiko Rivera, el menor de los tres, nacido de su matrimonio con la cantante Isabel Pantoja. Ahora, en un aniversario tan especial, Fran ha decidido compartir algunos de los aspectos más duros de su infancia y su compleja relación con Isabel Pantoja, revelando detalles sobre su vida en Cantora y sobre las tensiones familiares que se intensificaron tras la muerte de su padre.
1«Mi padre era un luchador y un hombre con una gran alegría de vivir»

En una entrevista para el programa presentado por Bea Archidona y Santi Acosta, Fran se mostró nostálgico al recordar a su padre, describiéndolo como un hombre lleno de vitalidad y con una gran competitividad. “Prefiero recordar el día de su alternativa o su cumpleaños, no su muerte, porque eso lo llevo siempre conmigo”, confesó Fran. “Mi padre era una persona luchadora que, a pesar de las dificultades, siempre buscaba ser el mejor en todo. Incluso aprendió a leer siendo ya adulto, cuando estaba casado con mi madre”. Estas palabras muestran la admiración de Fran hacia Paquirri, a quien considera un referente y cuya pérdida fue un golpe del que aún no se recupera.
Según relató en la entrevista, los años que compartió con Isabel Pantoja en la finca Cantora no fueron fáciles. Fran describió una convivencia marcada por la tensión y una actitud de Isabel que él y su hermano Cayetano percibían como hostil. «Los años en los que mi padre estuvo casado con Isabel Pantoja fueron un infierno para mí y para Cayetano», declaró el torero, mostrándose más sincero que nunca. “Ella tenía dos caras. Cuando mi padre estaba presente, era muy amable y cariñosa, pero cuando él no estaba, cambiaba por completo y nos despreciaba. Imagínate cómo fue cuando ella supo que él ya no iba a estar más. Eso es de ser mala persona, porque, ¿qué daño le podían hacer dos niños de diez y siete años?”, comentó Fran, expresando el dolor de aquellos recuerdos de su infancia.