Carlota Pastora es una abogada con más de 15 años de experiencia en fiscalidad internacional, asesorando a empresas y particulares a través de su despacho de abogados en Andorra. En esta entrevista, Pastora comparte su visión sobre el marco fiscal andorrano, destacando las oportunidades que ofrece tanto a inversores como a empresas extranjeras en busca de un entorno fiscal más competitivo, al tiempo que cumple con las normativas internacionales de transparencia y buenas prácticas.
¿Por qué la fiscalidad en Andorra resulta tan atractiva para inversores y empresas extranjeras?
Carlota Pastora: Andorra cuenta con una de las fiscalidades más competitivas de Europa, con un tipo impositivo máximo del 10% en imposición directa. Además, ofrece importantes exenciones en dividendos de fuente andorrana y plusvalías, lo que convierte Andorra en un destino muy atractivo para quienes buscan mejorar su situación fiscal.
¿Qué incentivos fiscales específicos destacarías?
C.P.: Hay varios, pero destacaría el régimen holding, con una imposición del 0% en dividendos y plusvalías y el régimen «Patent box», que fomenta la inversión en intangibles y que permite una reducción de la base imponible del impuesto sobre sociedades del 80%. Estos incentivos, junto con la homologación del sistema fiscal, alineado con las directrices de la OCDE, hacen de Andorra una opción viable y muy solicitada en los últimos años.
¿Cómo se compara Andorra con otros países vecinos en cuanto a la fiscalidad para expatriados?
C.P.: Andorra no ofrece un régimen específico para expatriados, no obstante, en imposición directa su tipo impositivo fijo del 10% es muy competitivo si lo comparamos con sistemas de países vecinos como Francia o España.
¿Cuáles son los principales retos fiscales a los que se enfrenta Andorra?
C.P.: El principal reto es la adaptación a las normativas fiscales internacionales, en especial a las presiones que enfrentan las jurisdicciones con una tributación más competitiva. Sin embargo, Andorra ha trabajado de forma ejemplar en términos de transparencia, adoptando el Plan BEPS, así como las reglas CRS (Common Reporting Standard) para el intercambio de información automática y las reglas CFC (Controlled Foreign Company) para evitar posibles prácticas abusivas de diferimiento artificial de rentas tributables. Estas medidas reflejan el compromiso de Andorra con los estándares internacionales de fiscalidad.
¿Qué aspectos prácticos deben tener en cuenta los inversores o empresas que quieran establecerse en Andorra?
C.P.: Es fundamental realizar un análisis detallado de la situación empresarial o personal del cliente antes de establecerse en Andorra. El país aplica normas rigurosas para la inversión extranjera, especialmente en lo que respecta a la prevención del blanqueo de capitales. Por ello, es crucial verificar el origen de los fondos y asegurar la ausencia de antecedentes penales, requisito indispensable para obtener el permiso de residencia. Además, contar con una estrategia clara que cumpla con los requisitos locales para garantizar un establecimiento exitoso.
Finalmente, ¿cómo ves el futuro de Andorra en términos fiscales?
C.P.: Andorra seguirá siendo un destino atractivo gracias a su equilibrio entre competitividad fiscal, estabilidad política y calidad de vida. El entorno favorable a los negocios, sumado a la transparencia y los incentivos fiscales, asegura un futuro prometedor para empresas e inversores de alto nivel que busquen un entorno propicio para el crecimiento a largo plazo.