miércoles, 9 julio 2025

Los principales planes de pensiones a nivel global se incrementaron un 10% durante 2023

La pandemia de COVID-19 impactó severamente a los mercados financieros a nivel global en 2022, provocando un descenso del 13% en los activos de los 300 fondos de pensiones más grandes del mundo. Sin embargo, este año ha traído un rápido proceso de recuperación, con un aumento del 10% en los activos, que ahora alcanzan los 22,6 billones de dólares (20,2 billones de euros).

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Este rebound se atribuye a una cierta estabilización de los mercados tras la incertidumbre económica mundial del año anterior. No obstante, el total de los activos aún no ha logrado recuperar los máximos históricos registrados previamente.

El Liderazgo en Disputa: El Fondo Noruego Acecha al Japonés

Tradicionalmente, el Fondo de Pensiones del Gobierno de Japón (GPIF) ha sido el mayor fondo de pensiones del mundo, con 1,59 billones de dólares (1,42 billones de euros) en activos bajo gestión desde 2002. Sin embargo, el Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega se ha acercado considerablemente, con apenas un 0,5% menos de activos, alcanzando los 1,58 billones de dólares (1,41 billones de euros).

Cabe destacar que el fondo noruego registró un impresionante crecimiento del 22% en sus activos durante el período de 12 meses, lo que le podría permitir arrebatar el liderazgo mundial al fondo japonés el próximo año, según el estudio.

Retos y Oportunidades en un Entorno Incierto

Oriol Ramirez-Monsonis, director de inversiones en WTW, afirma que si bien ha sido «alentador» observar este retorno del crecimiento, la combinación de un entorno macroeconómico más incierto y el aumento de la inestabilidad geopolítica generan una mayor complejidad en el panorama inversor.

En cuanto a las perspectivas para 2024, desde WTW advierten que la incertidumbre sigue siendo elevada y la volatilidad persiste en la economía global, agravada por acontecimientos geopolíticos, incluidas elecciones presidenciales de gran relevancia.

En este contexto, los expertos destacan la importancia de optimizar la distribución de activos en las carteras, disminuyendo la inversión en activos tradicionales y aumentando la asignación a activos alternativos. Mientras que en Norteamérica la inversión en activos alternativos ya alcanza cerca del 30%, en Europa aún no se ha superado el umbral del 15%, lo que deja un amplio margen de mejora y crecimiento.


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