miércoles, 7 mayo 2025

La crisis de precios convirtió a los hogares españoles en los más difíciles de calentar de toda la UE

No ‘pelarse’ de frío en invierno parece ser un lujo para casi una cuarta parte de los españoles y portugueses. Así lo señala el Informe del Estado de la Energía de la Comisión Europea (CE) que cifra en un 20,8% el porcentaje de usuarios ibéricos que en 2023 tuvieron problemas para mantener el calor del hogar en la época más fría del año. Esta cuota es la más alta de la Unión Europea (UE), ligeramente por encima de Bulgaria (20,7%) y Lituania (20,0%).

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Por el contrario, Luxemburgo (2,1%), Finlandia (2,6%), Eslovenia (3,6%) y Austria (3,9%) registraron los porcentajes más bajos. A nivel comunitario, el 10,6% de la población de la UE declaró tener dificultades para mantener su hogar adecuadamente caliente en 2023, un 1,3% más que en el invierno de 2022.

El informe de la Comisión atribuye este incremento al contexto de crisis energética y la inflación derivadas de la guerra de Ucrania y las tensiones geopolíticas en Oriente Próximo.

LA UE CONFÍA EN SUS PLANES ENERGÉTICOS

Sin embargo, Bruselas confía en que la nueva legislación sobre el mercado energético «protegerá mejor de la desconexión a los hogares vulnerables y a los afectados por la pobreza energética» ya que, en caso de crisis de los precios del gas natural, las medidas de emergencia a nivel de la UE pueden establecer un escudo para los consumidores mediante intervenciones sobre los precios máximos al por menor.

Asimismo, recuerda que los Estados miembros también pueden actuar para garantizar el acceso a los servicios esenciales y proteger a los consumidores vulnerables de los costes excesivos para abordar de forma directa la lacra de la pobreza energética.

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En este contexto, recuerda que todos los Estados miembros deben presentar lo antes posible sus planes nacionales actualizados definitivos de energía y clima para garantizar la consecución colectiva de los objetivos energéticos y climáticos para 2030.

Por otro lado, señala que en el futuro deberán abordarse nuevos retos en diferentes ámbitos. Entre estos desafíos se encuentran la actual brecha de ambición en los objetivos en materia de energías renovables y eficiencia energética, el aumento de la pobreza energética, el diferencial de precios de la energía en comparación con otros competidores mundiales y el riesgo de nuevas dependencias críticas estratégicas.

Todos estos problemas requerirán una respuesta política decisiva y un cambio radical en los esfuerzos a escala de la UE y de los Estados miembros, a través de una mayor coordinación, integración del mercado y acción conjunta.

NUEVAS SOLUCIONES PARA VIEJOS PROBLEMAS: EL FONDO SOCIAL PARA EL CLIMA

Para contribuir a la reducción de la pobreza energética en la UE, el Ejecutivo comunitario ha creado el Fondo Social para el Clima, que empezó a aplicarse en 2024, y movilizará al menos 86.700 millones de euros de los ingresos del régimen de comercio de derechos de emisión para el periodo 2026-2032, incluido un 25% de cofinanciación de los Estados miembro, para contribuir a una transición socialmente justa hacia la neutralidad climática.

El Fondo financiará medidas e inversiones que los Estados miembro deberán recopilar en sus Planes Sociales Climáticos antes de junio de 2025 con el objetivo de ayudar a compensar el aumento previsto de las facturas de energía debido a la introducción de la tarificación del carbono para la calefacción y el transporte.

La Comisión ha creado un grupo de expertos en el que sus expertos y representantes de las capitales comparten buenas prácticas e intercambian opiniones sobre la preparación del Fondo. Desde junio de 2024, la Comisión presta apoyo a una decena de Estados miembro para la preparación de sus Planes Sociales Climáticos a través del Instrumento de Apoyo Técnico.


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