La Comisión Europea se mantiene abierta al diálogo con las autoridades chinas para resolver la crisis generada por los subsidios ilegales que Pekín otorga a los fabricantes de vehículos eléctricos en su país. Este conflicto comercial ha llevado a la UE a imponer aranceles a la importación de estos automóviles, una medida que busca compensar el daño causado a la industria europea.
En este contexto, el próximo jueves 19 de septiembre, el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, se reunirá con el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, con el objetivo de abordar esta disputa y otros asuntos de interés mutuo. La Unión Europea reitera su voluntad de alcanzar una solución negociada, siempre que respete las normas comerciales internacionales y compense plenamente los efectos perjudiciales de los subsidios ilegales.
La Posición de la Comisión Europea
La Comisión Europea ha destacado que la política comercial europea es de su competencia exclusiva, por lo que no hará comentarios sobre las declaraciones del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien ha pedido a Bruselas reconsiderar la imposición de aranceles. Los portavoces comunitarios han reiterado que el objetivo es encontrar una solución negociada con China, pero que esta debe remediar por completo los efectos dañinos de los subsidios detectados.
Según los expertos de la Comisión, las propuestas presentadas por algunos fabricantes chinos de vehículos eléctricos, en las que se comprometían a respetar precios mínimos de importación a cambio de evitar los aranceles, no cumplen con los criterios necesarios para corregir el daño a la industria europea. Por lo tanto, Bruselas mantiene la aplicación de los aranceles provisionales del 38,1% a la importación de estos automóviles, que deberán ser ratificados por los Estados miembros en las próximas semanas.
Investigación y Proceso de la UE
La Comisión Europea ha señalado que la investigación que acredita los subsidios ilegales otorgados por China a sus fabricantes de vehículos eléctricos es el resultado de un examen detallado y de la recopilación de «pruebas claras» a lo largo de todo el proceso. Esto ha permitido constatar que Pekín está concediendo ayudas que distorsionan la competencia en el mercado europeo.
En este sentido, la Comisión ha reiterado que la solución a este conflicto no le corresponde dictarla, sino que es tarea de las autoridades chinas ofrecer alternativas que respeten las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la propia UE. Solo de esta manera se podrá llegar a una solución negociada que satisfaga a ambas partes.