miércoles, 23 julio 2025

Las empresas cotizadas presionan por un cambio normativo que habilite las juntas generales telemáticas

IG Markets

En un mundo cada vez más digitalizado y globalizado, las empresas cotizadas españolas se enfrentan a un desafío crucial: la modernización de sus juntas generales de accionistas. Este miércoles, durante una serie de conferencias organizadas por Bolsas y Mercados Españoles (BME), representantes de destacadas compañías como Santander, Telefónica e Iberdrola, junto con prestigiosos despachos y firmas legales, han alzado su voz para reclamar una reforma urgente de la normativa vigente en este ámbito.

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La petición principal se centra en otorgar a cada empresa la libertad de elegir el formato más adecuado para celebrar sus juntas de accionistas, incluyendo la opción de realizarlas íntegramente de forma telemática. Esta modalidad, ya común en países como Alemania y Estados Unidos, ha perdido terreno en España tras la pandemia, a pesar de su potencial para facilitar una participación más amplia y diversa de los accionistas. La rigidez de la actual regulación española, que carece de la flexibilidad necesaria para adaptarse a las nuevas realidades del mercado global, se ha convertido en un obstáculo para la evolución de estas importantes reuniones corporativas.

El formato telemático como respuesta a la globalización empresarial

La posibilidad de celebrar juntas de accionistas de manera completamente virtual no es simplemente una cuestión de comodidad tecnológica, sino una necesidad impuesta por la creciente internacionalización de las empresas cotizadas españolas. Muchos de los accionistas e inversores institucionales de estas compañías residen en países diferentes, lo que dificulta su participación presencial en las juntas tradicionales. El formato telemático se presenta como la solución preferida por estos inversores, permitiéndoles ejercer sus derechos y participar activamente en la toma de decisiones corporativas sin las barreras geográficas.

Además, las grandes empresas cotizadas ya han desarrollado canales de comunicación permanentes con sus accionistas que trascienden el momento puntual de la junta general. Estos canales permiten una interacción continua y bidireccional a lo largo de todo el año, superando las limitaciones temporales impuestas por la legislación actual. Esta realidad pone de manifiesto la necesidad de actualizar la Ley de Sociedades de Capital para que refleje y facilite estas nuevas formas de relación entre las empresas y sus inversores.

La adopción generalizada del formato telemático no solo beneficiaría a los accionistas extranjeros, sino que también podría aumentar la participación de pequeños inversores nacionales que, por razones de distancia o disponibilidad, encuentran difícil asistir físicamente a las juntas. Esta democratización del acceso a las juntas de accionistas podría resultar en una base accionarial más diversa y comprometida, lo que a su vez podría traducirse en una mayor estabilidad y visión a largo plazo para las empresas.

Impacto en la confianza del mercado y el coste de capital

La modernización de las juntas de accionistas no es solo una cuestión de conveniencia operativa, sino que tiene implicaciones directas en la percepción del mercado sobre las empresas cotizadas españolas. Javier Hernani, consejero delegado de BME, ha subrayado la importancia de mejorar la comunicación e interacción entre emisores e inversores como un factor clave para generar confianza en el mercado. Esta confianza, a su vez, puede traducirse en un beneficio tangible para las empresas: un abaratamiento en los costes de capital.

La relación entre una comunicación efectiva con los accionistas y la reducción del coste de capital se basa en el principio de que una mayor transparencia y accesibilidad disminuye la percepción de riesgo por parte de los inversores. Cuando los accionistas sienten que tienen un acceso directo y constante a la información y a los procesos de toma de decisiones de la empresa, están más dispuestos a invertir y a hacerlo en condiciones más favorables para la compañía.

Además, la adopción de tecnologías avanzadas para la celebración de juntas virtuales y la comunicación continua con los accionistas puede ser interpretada por el mercado como un indicador de innovación y adaptabilidad de la empresa. Esto puede mejorar la imagen corporativa y atraer a inversores que valoran la modernidad y la eficiencia en la gestión empresarial. En un entorno económico cada vez más competitivo, estas percepciones pueden marcar la diferencia en la capacidad de una empresa para atraer capital y talento.

El futuro de las juntas de accionistas en la era digital

La transformación de las juntas de accionistas hacia formatos más flexibles y tecnológicamente avanzados no es solo una tendencia, sino una necesidad imperativa para mantener la competitividad del mercado de capitales español en el escenario global. Las empresas cotizadas españolas están llamadas a liderar este cambio, aprovechando las nuevas tecnologías para crear experiencias de participación más ricas y significativas para sus accionistas.

El futuro de las juntas de accionistas probablemente se caracterizará por un modelo híbrido, que combine lo mejor de los formatos presenciales y virtuales. Este enfoque permitiría mantener el valor del contacto personal en las reuniones físicas, mientras se aprovechan las ventajas de accesibilidad y alcance global de las plataformas digitales. La clave estará en desarrollar sistemas que garanticen la seguridad, la autenticidad de la participación y la transparencia en los procesos de votación y toma de decisiones.

La evolución hacia este nuevo paradigma requerirá no solo cambios normativos, sino también una inversión significativa en infraestructura tecnológica por parte de las empresas y los organismos reguladores. Será fundamental desarrollar plataformas robustas que puedan manejar grandes volúmenes de participantes en tiempo real, garantizando la integridad de las votaciones y la confidencialidad de las discusiones cuando sea necesario. Además, las empresas deberán invertir en la formación de sus equipos directivos y de relaciones con inversores para aprovechar al máximo estas nuevas herramientas de comunicación y participación accionarial.


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