Los objetivos de transición energética establecidos por la gobernanza obligarán al sector a acelerar su transformación en un modelo bajo en carbono, lo que, inevitablemente, repercutirá en un alza del precio final que paga el consumidor. En contraste, las empresas que sepan adaptar sus procesos tecnológicos a las nuevas exigencias disfrutarán de un terreno fértil para las inversiones lucrativas, especialmente aquellas compañías que operan en las áreas de innovación asociadas a la descarbonización.
Estas son las conclusiones finales de la conferencia Nuevas energías y los retos para la transición energética, organizada por la gestora de activos francesa Ofi Invest AM. El evento reunió a expertos de distintos ámbitos, que analizaron los desafíos que presenta la descarbonización de la economía en 2050, el principal objetivo del Acuerdo de París.
Los ponentes consensuaron que la transición energética exigirá un refuerzo de la colaboración público-privada para impulsar los proyectos de energías limpias, y el apoyo de los gobiernos para cambiar o adaptar la normativa regulatoria vigente, con el fin de favorecer el desarrollo de las energías renovables.
LOS DESAFÍOS DE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
A pesar de que quedan menos de 30 años para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de 2015 -emisiones netas cero-, en 2023 se batió el record de consumo de combustibles fósiles, que representaron el 83% de la energía primaria consumida en el mundo, y el 70% de las emisiones de CO2.
Ello obliga, según los expertos reunidos por Ofi Invest AM, a acelerar la descarbonización de la economía si se quiere cumplir el objetivo del Acuerdo de París, que no es otro que alcanzar el cero neto en emisiones de carbono en 2050. Por tanto, cada tipo de energía limpia tiene que superar una serie de retos, si se quiere lograr la descarbonización total de la economía en el plazo previsto.
PARA QUE LOS OBJETIVOS DE DESCARBONIZACIÓN LLEGUEN A BUEN PUERTO, la energía nuclear debe reducir los costes de producción, mientras que la movilidad eléctrica tiene que ponerse a la altura de la industria china, tanto en tamaño como en desarrollo tecnológico
Para llegar a buen puerto, las diferentes áreas de la transformación sostenible tendrán que enfrentarse a sus propios desafíos de rentabilidad y eficiencia: la energía nuclear debe reducir los costes de producción, mientras que la movilidad eléctrica tiene que ponerse a la altura de la industria china, tanto en tamaño como en desarrollo tecnológico.
Algunos de los retos pendientes requieren del respaldo de los poderes públicos: en el caso de la generación solar y eólica, es necesario agilizar la tramitación administrativa de los permisos, que actualmente pueden llegar a tardar entre cuatro y cinco años, pese a que la ley europea limita a dos años el tiempo máximo para la obtención de licencias.
LA NECESARIA IMPLANTACIÓN DE LOS GASES SOSTENIBLES
Por último, es necesario desarrollar nuevas energías renovables, porque la energía nuclear y las actuales formas de generación ‘verde’ solo cubren el 25% de las necesidades energéticas, ya que sectores como la agricultura, la industria pesada o el transporte pesado, no pueden electrificarse.
Los ponentes de la conferencia analizaron el desarrollo de nuevas energías, como el biometano y el hidrógeno removable, que podrían satisfacer hasta el 20% de las necesidades energéticas. En Europa la tecnología que soporta el tratamiento de residuos está muy avanzada, y se cuenta con una regulación adecuada.
El biometano puede integrarse en las redes energéticas actuales, sustituyendo a los combustibles fósiles, mientras que el biohidrógeno, es más intensive en costes. Por ello, conseguir que la tecnología que desarrolla este tipo de energía renovable sea accesible y ecológica, es el mayor reto según los expertos de la conferencia organizada por Ofi Invest AM.