La comunidad internacional ha implementado una serie de sanciones sin precedentes contra Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania. Entre estas medidas, destaca la acción recientemente tomada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que ha añadido a su «lista negra» a siete buques gaseros vinculados a la llamada «flota fantasma» utilizada por Rusia para evadir las restricciones impuestas a sus exportaciones de hidrocarburos.
Este nuevo golpe a la maquinaria de guerra rusa se produce en un contexto en el que el Gobierno de Estados Unidos ha anunciado la imposición de una nueva batería de sanciones contra cerca de 400 individuos y organizaciones vinculadas directa o indirectamente a los esfuerzos bélicos del Kremlin. Estas medidas apuntan tanto a Rusia como a potenciales cómplices en Oriente Próximo, Asia e incluso Europa, en un intento por desmantelar las cadenas de suministro de la industria militar rusa.
La «Flota Fantasma» de Rusia: Un Mecanismo para Evadir las Sanciones
Los buques gaseros añadidos a la lista negra de la OFAC incluyen tres embarcaciones de transporte de gas natural licuado (GNL) con bandera de Palaos (Asya Energy, Everest Energy y Pioneer) y cuatro barcos gaseros con bandera de Panamá (North Air, North Mountain, North Sky y North Way). Estos navíos forman parte de lo que se cree que es una «flota fantasma» desarrollada por Rusia para continuar con sus exportaciones de hidrocarburos a pesar de las sanciones impuestas.
Según las investigaciones, los buques Pioneer y Asya Energy habrían cargado los dos primeros envíos del proyecto Arctic LNG 2, previamente sancionado por Estados Unidos, lo cual ha sido corroborado mediante el análisis de imágenes satelitales. Esta «flota fantasma» se caracteriza por tener una propiedad opaca, aseguradoras desconocidas y por utilizar prácticas como ocultar su ubicación apagando o manipulando sus sistemas automáticos de identificación, en un intento por eludir los castigos internacionales.
La adición de estos siete buques a la lista negra de la OFAC supone un nuevo golpe para los esfuerzos de Rusia por mantener sus exportaciones de hidrocarburos, un pilar fundamental de su economía y, por ende, de su maquinaria de guerra. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia de Washington para asfixiar financieramente al Kremlin y debilitar su capacidad de continuar con la invasión de Ucrania.
Sanciones Expansivas: Apuntando a la Maquinaria de Guerra Rusa
Además de las acciones dirigidas a la «flota fantasma» de Rusia, el Gobierno de Estados Unidos ha anunciado la imposición de una nueva batería de sanciones contra cerca de 400 individuos y organizaciones vinculadas directa o indirectamente a los esfuerzos bélicos del Kremlin. Estas medidas apuntan no solo a Rusia, sino también a posibles cómplices en Oriente Próximo, Asia e incluso Europa, con el objetivo de desmantelar las cadenas de suministro de la industria militar rusa.
Según el secretario adjunto del Tesoro norteamericano, Wally Adeyemo, la economía rusa se ha convertido en una herramienta al servicio del complejo industrial del Kremlin, ya que todo parece estar enfocado en sufragar los gastos que implica la invasión de Ucrania. Por lo tanto, Washington busca poner el foco en individuos y entidades, tanto dentro como fuera de Rusia, que puedan estar facilitando la entrada de fondos o la elusión de los castigos internacionales.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha aplaudido este último paquete de sanciones, confiando en que «debiliten aún más la capacidad de Rusia para librar una guerra de agresión contra Ucrania». Zelenski ha hecho un llamado a mantener e incrementar constantemente la presión sobre Rusia, con el objetivo de restaurar el respeto por la Carta de Naciones Unidas y forzar al Kremlin a firmar la paz.