miércoles, 23 julio 2025

La agricultura de España experimenta un leve crecimiento en superficie y en animales beneficiados por las ayudas asociadas de la PAC

La superficie de cultivo en oleaginosas se incrementó durante el año 2022, debido principalmente al alza de precio del girasol tras la invasión de Ucrania. Este hecho se refleja en el informe «Evolución de las ayudas asociadas a la producción durante las campañas 2015 a 2022» del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), el cual constata un ligero aumento de la superficie y número de animales beneficiados con ayudas asociadas de la Política Agrícola Común (PAC).

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En el análisis de los datos de la campaña 2022, destaca el notable incremento en la superficie de cultivo en oleaginosas, ya que supone un 35% respecto a 2021. Este aumento se debe al incremento de precio del girasol tras la invasión de Ucrania. Sin embargo, también se observa una acusada disminución de la superficie en los cultivos de arroz y tomate, en este caso debido a la disminución de las dotaciones de riego causada por la sequía.

EL AUMENTO DE LA SUPERFICIE MEDIA DE CULTIVO

En lo que respecta a la evolución de la superficie media de ese periodo, se observa una tendencia global favorable, con un aumento de la superficie total de casi un 5% en el conjunto de este periodo, con cerca de 1,8 millones de hectáreas que han percibido estas ayudas en la campaña 2022. Los grupos de cultivos que han ocupado una mayor superficie en todo este periodo han sido los proteicos (oleaginosas y proteaginosas-leguminosas), siendo el de las oleaginosas el que más ha incrementado su superficie, con un 29%.

Esta tendencia al alza en la superficie de cultivo se debe, en gran parte, a la implementación de la Política Agrícola Común (PAC), la cual ha diseñado las ayudas directas asociadas a la producción, tanto para cultivos como para ganadería, atendiendo a factores socioeconómicos, medioambientales o agroclimáticos, con el fin de respaldar y contribuir a la continuidad de la actividad agraria en los sectores o tipos de explotaciones más vulnerables que se enfrentan a dificultades de competitividad o que requieran de un apoyo específico por sus particularidades sectoriales.

LA EVOLUCIÓN DE LAS AYUDAS ASOCIADAS A LA GANADERÍA

Por otro lado, la evolución en el conjunto de las ayudas asociadas a la ganadería durante el periodo 2015-2022 muestra una tendencia generalizada al alza en cuanto al número de animales determinados en todas las especies y tipos de ayudas ganaderas, con un mayor crecimiento acumulado hasta 2020. Así, en 2022 cerca de 17,5 millones de animales han percibido ayuda asociada, evidenciando una estabilización con respecto al número de animales de 2021.

Esta tendencia se constata especialmente en el caso de las ayudas a la vaca nodriza, una de las líneas principales de este esquema de apoyo asociado, en el que el número de animales aumentó en un 15% en el periodo global 2015-2022, pero da muestras de estabilización en 2021 y 2022. Esto demuestra el compromiso del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación por apoyar y sostener el sector ganadero, fundamental para la seguridad alimentaria y el desarrollo rural de nuestro país.

EL IMPACTO DE LA SEQUÍA EN LOS CULTIVOS

Cabe destacar que, a pesar de este panorama general de crecimiento, la sequía ha tenido un impacto negativo en algunos cultivos, como el arroz y el tomate, lo cual ha provocado una disminución de la superficie dedicada a estos productos. Este fenómeno climático adverso ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de ciertos sectores agrícolas y la necesidad de implementar medidas de adaptación y resiliencia para hacer frente a los efectos del cambio climático.

En este sentido, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha reafirmado su compromiso por diseñar políticas públicas que brinden un apoyo diferenciado a los sectores más afectados, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad y competitividad del sector agrario español a largo plazo. Estos esfuerzos buscan no solo hacer frente a las adversidades climáticas, sino también fomentar la innovación y la diversificación de los cultivos, fortaleciendo la resiliencia del sistema agroalimentario nacional.


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