En los últimos años, España se enfrenta a una paradoja inquietante: mientras los precios de los alimentos continúan subiendo de manera alarmante, el desperdicio de comida también va en aumento. A pesar de que muchas familias sienten el peso de la inflación en su cesta de la compra, se siguen tirando toneladas de alimentos a la basura cada día. ¿Qué está provocando este fenómeno? En este artículo analizamos las causas y consecuencias de esta crisis alimentaria en la que se mezcla la carestía y el despilfarro, ofreciendo claves para entender cómo podemos revertir esta situación.
9Menos basura y más conciencia en el consumo

La implementación de la ley no solo será un desafío logístico para las empresas, sino que también implicará un cambio cultural en la forma en que los ciudadanos y las empresas gestionan los alimentos. A nivel global, el desperdicio alimentario es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que subraya la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles. La ley española y las medidas europeas no solo buscan reducir el desperdicio alimentario, sino también contribuir a la lucha contra el cambio climático.
El objetivo es claro: reducir el desperdicio en toda la cadena alimentaria y cambiar el paradigma del consumo en las sociedades. Iniciativas como Too Good To Go ya están ayudando a visibilizar el problema y ofrecer soluciones tecnológicas que permitan a los consumidores aprovechar alimentos antes de que sean desechados. Sin embargo, la educación y la concienciación serán clave para que esta transformación sea efectiva a largo plazo.