En los últimos años, España se enfrenta a una paradoja inquietante: mientras los precios de los alimentos continúan subiendo de manera alarmante, el desperdicio de comida también va en aumento. A pesar de que muchas familias sienten el peso de la inflación en su cesta de la compra, se siguen tirando toneladas de alimentos a la basura cada día. ¿Qué está provocando este fenómeno? En este artículo analizamos las causas y consecuencias de esta crisis alimentaria en la que se mezcla la carestía y el despilfarro, ofreciendo claves para entender cómo podemos revertir esta situación.
4¡Hasta un informe lo dice!

El informe ‘Gestión del desperdicio alimentario en la gran distribución’ realizado por Nielsen y Checkpoint, en colaboración con la AECOC, ha revelado datos preocupantes: el 3,5% de los alimentos frescos vendidos en las grandes cadenas de distribución no llega a comercializarse, y más del 2% de estos alimentos se desperdicia. Entre los productos más afectados están la fruta y las verduras, que han visto un aumento en sus precios de 8,7% respecto al año anterior, pero también son los que más acaban en la basura.
Este fenómeno no solo impacta a los supermercados. La hostelería también es parte del problema. Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los restaurantes en España desechan diariamente 2,5 kilos de alimentos, lo que equivale a más de 63.000 toneladas al año. A este desperdicio se suman bares, empresas y, por supuesto, los propios hogares. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación destaca que tres de cada cuatro hogares españoles tiran comida, generando un total de 1.364 millones de kilos al año.