En los últimos años, España se enfrenta a una paradoja inquietante: mientras los precios de los alimentos continúan subiendo de manera alarmante, el desperdicio de comida también va en aumento. A pesar de que muchas familias sienten el peso de la inflación en su cesta de la compra, se siguen tirando toneladas de alimentos a la basura cada día. ¿Qué está provocando este fenómeno? En este artículo analizamos las causas y consecuencias de esta crisis alimentaria en la que se mezcla la carestía y el despilfarro, ofreciendo claves para entender cómo podemos revertir esta situación.
3¿Cómo nos coloca eso frente a la Unión Europea?

Este aumento de precios, sin embargo, no ha frenado el crecimiento del desperdicio alimentario, lo que genera una contradicción preocupante: mientras más familias se ven incapaces de permitirse una comida de calidad cada dos días, se siguen tirando alimentos en grandes cantidades. A nivel europeo, estos 88 millones de toneladas de alimentos desperdiciados suponen un coste de más de 140.000 millones de euros, una cifra que subraya la necesidad de actuar de manera urgente.
España, ocupando el séptimo lugar en el ranking de países europeos que más desperdician alimentos, enfrenta un reto considerable. No solo es una cuestión económica, sino también ética y ambiental. Reducir el desperdicio de comida y encontrar formas más eficientes de gestionar los recursos es un paso crucial para paliar la crisis que afecta a millones de personas en todo el país.