La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado a conocer recientemente la retribución establecida para las empresas titulares de instalaciones de distribución de energía eléctrica correspondiente al año 2020. Esta decisión, que se enmarca en la aplicación de la circular 6/2019 del 5 de diciembre, fija la cantidad total en 5.264 millones de euros. La determinación de esta cifra representa un hito importante en el sector energético español, ya que establece las bases económicas sobre las cuales operarán las empresas distribuidoras durante el período especificado.
El establecimiento de esta retribución no es un proceso arbitrario, sino que responde a una metodología cuidadosamente diseñada con múltiples objetivos. Entre estos, destaca la garantía de una adecuada prestación del servicio, el incentivo a la mejora de la calidad del suministro y la reducción de pérdidas en las redes de distribución. Además, la CNMC ha buscado implementar criterios objetivos y homogéneos en todo el territorio español, con el fin de asegurar una distribución equitativa de los recursos y, al mismo tiempo, minimizar los costos para el sistema eléctrico en su conjunto.
Desglose de la retribución y ajustes significativos
La cifra de 5.264 millones de euros establecida por la CNMC engloba diversos componentes y ajustes. En primer lugar, se incluyen los incentivos destinados a la reducción de pérdidas y a la disminución del fraude en el sistema eléctrico. Estos elementos son cruciales para mejorar la eficiencia global de la red y garantizar un suministro más justo y equitativo para todos los consumidores. Sin embargo, es importante señalar que la cuantía correspondiente al incentivo para la mejora de la calidad, previsto en el artículo 25 de la Circular 6/2019, aún está pendiente de determinación.
Otro aspecto relevante incluido en esta retribución es el ajuste derivado del empleo de activos en actividades diferentes a la distribución eléctrica. Este ajuste se realiza de acuerdo con la resolución del 27 de junio de 2024 de la CNMC, que establece los parámetros para calcular la retribución de las empresas de transporte y distribución de energía eléctrica durante los ejercicios 2020 a 2024. Específicamente, este ajuste se centra en el uso de la fibra óptica para actividades distintas a la distribución de electricidad, reconociendo así la diversificación de las operaciones de estas empresas.
La CNMC ha implementado además una medida preventiva para aquellas empresas que no cumplieron con la entrega de la información requerida en los formatos y plazos establecidos. Para estos casos, se ha fijado una retribución a cuenta del 50% de la retribución percibida en el año anterior. Esta disposición subraya la importancia que el regulador otorga a la transparencia y al cumplimiento de los procedimientos administrativos por parte de las empresas del sector.
El componente gestionable: Un nuevo enfoque en la retribución
Una de las novedades más significativas en este esquema retributivo es la introducción del componente gestionable (Comges), definido en la circular 6/2019 y calculado por primera vez en esta resolución. Este componente abarca varios aspectos críticos de la operación de las empresas distribuidoras. En primer lugar, incluye la retribución por operación y mantenimiento de todas las instalaciones que estaban en servicio al 31 de diciembre de 2018. Esto asegura que se reconozcan los costos asociados con la infraestructura existente y su mantenimiento adecuado.
Además, el Comges incorpora la retribución por operación y mantenimiento que no está directamente vinculada a los activos eléctricos recogidos en las unidades físicas. Este aspecto es crucial, ya que reconoce que existen costos operativos que no siempre pueden atribuirse directamente a instalaciones específicas, pero que son esenciales para el funcionamiento global del sistema de distribución. También se incluye la retribución de inversiones en otros activos no asociados a unidades físicas (Otro IBO) que fueron puestos en servicio entre los ejercicios 2015 y 2018, lo que permite a las empresas recuperar inversiones en infraestructuras de apoyo y tecnologías complementarias.
La circular 6/2019 establece además un mecanismo para la evolución del parámetro Comges en ejercicios posteriores. Esta fórmula toma en cuenta el incremento de retribución por inversión en instalaciones asociadas a unidades físicas, así como inversiones en digitalización y automatización de redes y despachos. Este enfoque dinámico se implementa a través de un parámetro X, que debe ser calculado por la CNMC al inicio de cada semiperiodo regulatorio. Tras un análisis detallado de las alegaciones presentadas por las empresas distribuidoras, la CNMC ha fijado el valor de este parámetro en 0,67 para su aplicación en los ejercicios 2021 y 2022.
Impacto y perspectivas futuras del nuevo esquema retributivo
La implementación de este nuevo esquema retributivo tendrá un impacto significativo en el sector de la distribución eléctrica en España. Por un lado, proporciona a las empresas un marco más claro y predecible para planificar sus inversiones y operaciones. La inclusión del componente gestionable y su mecanismo de evolución ofrece a las distribuidoras una mayor flexibilidad para adaptar sus estrategias a las cambiantes condiciones del mercado y a los avances tecnológicos.
Sin embargo, este nuevo sistema también plantea desafíos. Las empresas distribuidoras deberán ajustar sus modelos de negocio y prácticas operativas para maximizar su eficiencia dentro de los parámetros establecidos por la CNMC. Esto podría implicar una mayor inversión en tecnologías de automatización y digitalización, así como en la optimización de sus procesos de mantenimiento y operación. Además, el énfasis en la reducción de pérdidas y fraude podría llevar a un aumento en las inversiones en sistemas de monitoreo y control más sofisticados.
Desde la perspectiva de los consumidores, este esquema retributivo busca garantizar un servicio de distribución eléctrica de alta calidad a un costo razonable. La inclusión de incentivos para la mejora de la calidad del suministro y la reducción de pérdidas debería traducirse, a medio y largo plazo, en un servicio más fiable y eficiente. No obstante, será crucial monitorear cómo estos costos se reflejan eventualmente en las tarifas eléctricas para los usuarios finales.
En conclusión, el nuevo esquema retributivo establecido por la CNMC representa un paso importante hacia un sistema de distribución eléctrica más moderno, eficiente y adaptado a las necesidades futuras. A medida que se implementa y evoluciona, será fundamental realizar un seguimiento detallado de sus efectos tanto en las empresas distribuidoras como en los consumidores, para asegurar que se cumplen los objetivos de mejorar la calidad del servicio mientras se mantienen costos razonables para el sistema eléctrico en su conjunto.