El verano es sinónimo de vacaciones, sol y escapadas a la playa, pero también de interminables atascos. Con el aumento de los viajes, las carreteras se llenan, especialmente en rutas hacia destinos costeros. Los conductores se encuentran atrapados en un mar de vehículos, avanzando a paso de tortuga bajo un sol implacable. La paciencia se pone a prueba mientras las horas parecen extenderse. Sin embargo, este caos de coches también ofrece tiempo para reflexionar, escuchar música, y convivir con familiares o amigos. A pesar de los desafíos, el espíritu veraniego permanece intacto, alimentado por la promesa de ocio y diversión al final del camino. Te contamos el mejor truco para evitarlos.