La publicación de datos de empleo mucho peor de lo esperado la semana pasada ha generado un tono mucho más negativo en las expectativas del mercado respecto a la evolución de la economía de Estados Unidos en la segunda mitad del año. Esto ha incluido la posibilidad de una recesión, lo que ha arrastrado a las bolsas mundiales a una apertura significativamente bajista de los principales índices de Wall Street.
El Dow Jones de Industriales comenzaba la sesión con un retroceso del 1,7%, llegando a ampliar sus pérdidas hasta el 3,06%, mientras que el tecnológico Nasdaq se desplomaba un 6,3% en el arranque de la jornada, aunque lograba enjugar sus pérdidas a algo más del 3%. Por sectores, los grandes bancos estadounidenses respondían con fuertes descensos ante la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) reaccione con bajadas de tipos más agresivas al enfriamiento de la actividad.
Respuesta de la Reserva Federal
Según el consenso del mercado, ahora existe una probabilidad del 98,50% a un recorte de tipos de 50 puntos básicos en septiembre, el doble de lo previsto hace una semana, y se anticipa un ritmo más rápido de bajadas el resto del año. El economista jefe de Capital Economics, Neil Shearing, advierte que la respuesta de la Fed estará determinada por el grado en que se materialicen los riesgos a la baja para la economía real y si la fuerte ola de ventas en los mercados financieros «hace que algo se rompa», lo que crearía un ciclo de retroalimentación a través de condiciones crediticias más restrictivas.
Impacto en los Mercados Internacionales
Los índices estadounidenses confirmaban así el ‘lunes negro’ de los mercados de todo el mundo, después de que el selectivo Nikkei 225 de la Bolsa de Tokio cerrase la sesión con un retroceso del 12,40% en su peor jornada desde octubre de 1987. En los mercados del Viejo Continente, las pérdidas generalizadas oscilan alrededor del 3% en los diferentes parqués europeos. Los principales mercados asiáticos también registraban caídas significativas ante el temor de un debilitamiento mayor de lo esperado de la economía estadounidense.