Un hombre que tiene poderes y vuela o le salen rayos de luz por los ojos; una mujer que corre tan rápido como un vehículo en plena carretera; un presentador capaz de caminar entre pantallas que aparecen y desaparecen a tiempo real; videojuegos en los que cuesta distinguir la realidad de la ficción…
Los consumidores de video actuales estamos muy familiarizados con todos estos efectos visuales, pero la técnica no deja de evolucionar y sorprender con más y más opciones. ¿El objetivo? Llevar el sector audiovisual hasta sus máximas cotas de expresión.
Así lo hacen los especialistas en posproducción de vídeo, que a través de programas como After Effects son capaces de manipular cualquier pieza, añadiendo efectos y composiciones o eliminando aquello que no debe aparecer en pantalla.
Esta habilidad se ha convertido, hoy en día, en una profesión muy demandada. Los profesionales que saben manejar estos softwares a la perfección son reclamados tanto en los estudios de cine como en los canales de televisión, pasando por las productoras de videojuegos e incluso por los profesionales del streaming y de las redes sociales.
Hacer real lo que no es
Uno de los principales objetivos de los efectos visuales es hacer real lo que no es. Añadir fondos, componer escenas a través de distintas grabaciones, añadir efectos de color, introducir efectos especiales…
Todas estas capacidades son las que se desarrollan en el estudio de los efectos visuales, que permiten hacer casi de todo con herramientas como After Effects.
¿El objetivo? Que todo lo que ocurra ante la pantalla sea veraz y el espectador pueda tomarlo como parte de una realidad narrativa sin que parezca falso o posproducido.
Y estos conocimientos han encontrado un especial campo de desarrollo en el ámbito de los videojuegos.
Esta es la disciplina que más ha evolucionado gracias a los efectos visuales, que se han convertido en uno de los objetos de consumo cultural más importantes del momento, con usuarios que son muy exigentes con la propuesta visual.
La creación de videojuegos: el gran reto del siglo XXI
La realidad virtual ha supuesto un importante impulso para el ámbito de los desarrolladores de efectos visuales.
La obligación de hacer Enfoques de realidades absolutamente realistas, naturales e intuitivas ha hecho que la integración de los efectos visuales con la imagen sea total. Los profesionales deben trabajar mano a mano para generar un arco narrativo que funcione y atraiga a los jugadores.
Pero esta no es la única demanda que parte de los jugadores de las distintas plataformas: quienes todavía apuestan por las fórmulas tradicionales de juego también exigen que desde el modelado de los personajes hasta la animación 3D cumpla con una serie de estándares mínimos a los que hay que responder si se quiere que la propuesta triunfe.
Para ello, es importante que los profesionales de este ámbito cuenten con la formación necesaria para lograrlo. Conocer desde las bases cinematográficas hasta el trabajo con los efectos 3D permite que los especialistas en este tipo de trabajos afronten cada proyecto de una manera integral.