En el primer semestre de 2024, el volumen total de títulos emitidos respaldados por activos hipotecarios y admitidos a cotización sufrió una contracción considerable del 43% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este notable descenso, según los datos recopilados por la Asociación Hipotecaria Española (AHE), refleja una tendencia preocupante en el mercado financiero español.
El Debilitamiento del Mercado de Cédulas Hipotecarias
La emisión de nuevos títulos ha mantenido una «atonía» observada durante el año pasado, en un entorno bancario «marcado por una sólida posición de liquidez». En este primer semestre, las cédulas hipotecarias se contrajeron un 70%, compensado por un aumento en las titulizaciones de activos, ya que el año pasado no se contabilizaron emisiones de este instrumento. De esta forma, entre enero y junio se emitieron 6.250 millones de euros en cédulas hipotecarias y 5.450 millones en titulizaciones.
El mercado de cédulas hipotecarias representa alrededor del 31,1% de la financiación de la vivienda, frente al 11,9% de las titulizaciones de activos hipotecarios. El 76% restante corresponde, principalmente, a depósitos. Sin embargo, el saldo vivo de la cartera de títulos hipotecarios se redujo un 6% respecto al año pasado, alcanzando los 257.332 millones de euros. Las cédulas experimentaron un descenso del 4,8%, hasta situarse en un saldo vivo de 186.173 millones de euros, mientras que los bonos de titulización se contrajeron un 9,5%, hasta los 71.158 millones de euros.
Un Entorno Bancario Marcado por la Liquidez
La asociación ha explicado que la emisión de nuevos títulos ha mantenido la «atonía» observada durante el año pasado, ante un entorno bancario «marcado por una sólida posición de liquidez». Esta sólida posición de liquidez en el sector bancario parece ser un factor clave que ha influido en la contracción del volumen total de títulos emitidos respaldados por activos hipotecarios.
En un contexto de abundante liquidez, los bancos pueden estar menos motivados a emitir nuevos títulos respaldados por activos hipotecarios, ya que cuentan con otros recursos para financiar sus operaciones. Esta tendencia podría tener implicaciones significativas para el mercado financiero, al reducir la diversificación de las fuentes de financiación y liquidez disponibles.