martes, 22 julio 2025

LFDE apunta que los aranceles a los vehículos eléctricos chinos pretenden «dar oxígeno» a los fabricantes europeos

La industria automotriz se encuentra en un momento crucial de transición hacia la electrificación de sus flotas. Esta revolución tecnológica plantea nuevos retos para los fabricantes occidentales, quienes buscan mantener su competitividad en un mercado cada vez más dominado por los actores asiáticos. La gestora francesa La Financière de l’Echiquier (LFDE) ofrece una perspectiva privilegiada sobre los desafíos a los que se enfrentan los gobiernos y las empresas en esta carrera por la movilidad eléctrica.

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Asequibilidad: El Talón de Aquiles de la Electrificación en Europa

La asequibilidad de los vehículos eléctricos sigue siendo el principal obstáculo para su adopción masiva en Europa, según el análisis de LFDE. Actualmente, estos modelos presentan un sobreprecio de entre un 25% y un 50% en comparación con los vehículos de combustión equivalentes. Si bien su coste operativo es un 36% menor, esta brecha inicial en el precio de compra sigue frenando la transición hacia una movilidad más sostenible.

Para la directora de análisis de sostenibilidad de LFDE, Coline Pavot, este es el «problema principal» al que se enfrenta el mercado europeo de vehículos eléctricos. La necesidad de alcanzar los objetivos climáticos fijados por la Comisión Europea, como la prohibición de la venta de coches de combustión en 2035, obliga a los fabricantes a acelerar la electrificación de sus flotas. Sin embargo, la asequibilidad sigue siendo un escollo clave que los gobiernos y las empresas tendrán que resolver.

Proteccionismo y Relocalización: La Respuesta de Occidente

En respuesta a los generosos subsidios otorgados por el Gobierno chino a sus fabricantes de vehículos eléctricos, las autoridades europeas y estadounidenses han implementado medidas proteccionistas, como la imposición de aranceles a la importación de estos modelos. Según LFDE, este enfoque busca «dar más tiempo» a los fabricantes occidentales para trabajar en la reducción de costes y mantener su competitividad en la batalla por alcanzar una movilidad eléctrica «asequible».

Desde la firma, consideran que estas barreras comerciales deberían impulsar la relocalización de la cadena de valor de la industria automotriz eléctrica en Europa. Este proceso no solo generaría nuevos empleos, sino que también reduciría la dependencia de Asia y disminuiría el impacto ambiental de la fabricación, al aprovechar una matriz energética más limpia.

El Desafío de la Competitividad Global

La transición hacia la movilidad eléctrica no solo supone un reto tecnológico, sino también un desafío de competitividad global. Los fabricantes occidentales se enfrentan a la imparable ascensión de los actores asiáticos, respaldados por generosos programas de apoyo gubernamental. Para mantener su posición en el mercado, deberán trabajar arduamente en reducir los costes de producción y mejorar la eficiencia de sus procesos.

Además, los gobiernos de Europa y EE.UU. tendrán un papel crucial en esta batalla, no solo impulsando medidas proteccionistas, sino también fomentando la innovación y la inversión en el sector. Solo a través de una estrategia integral que combine el apoyo público y la excelencia tecnológica de las empresas, podrán los fabricantes occidentales garantizar su competitividad a largo plazo en un mercado cada vez más globalizado y exigente.


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