El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, ha expresado su «respeto» a la movilización contra la masificación turística que tuvo lugar este domingo en Palma. Lejos de ser un acto «contra el turismo», el ministro lo ha interpretado como una señal de la voluntad ciudadana de construir un modelo turístico mejor y más sostenible.
En este sentido, Hereu ha defendido la necesidad de posicionarse en contra de la «turismofobia» y, en su lugar, trabajar efectivamente en la transformación de un modelo turístico que contribuya a la mejora social y económica. Según el ministro, mantener el liderazgo turístico en todo el país implica cada vez más «trabajar en la triple sostenibilidad«: ambiental, social y económica.
Hacia una Transformación Turística Sostenible
Las declaraciones del ministro Hereu llegan en un momento en el que la ciudadanía de Palma ha dado un fuerte mensaje sobre sus preocupaciones respecto al actual modelo turístico. La manifestación, que congregó a más de 20.000 personas, evidencia la necesidad de abordar los desafíos que enfrenta el sector turístico en las Islas Baleares.
La masificación turística, la presión sobre los recursos naturales y la creciente desigualdad social son algunos de los problemas que han llevado a la población a movilizarse. Ante este escenario, el Gobierno central reconoce la importancia de escuchar las demandas ciudadanas y trabajar en la transformación del modelo, enfocándose en la sostenibilidad como eje central.
Más allá de los discursos, será crucial que las autoridades competentes traduzcan estos planteamientos en políticas concretas y en una hoja de ruta clara para alcanzar un modelo turístico más equilibrado y respetuoso con el entorno y la comunidad local.
Un Llamado a la Corresponsabilidad
La movilización de este domingo en Palma no solo refleja las inquietudes de la ciudadanía, sino también su voluntad de participar activamente en la construcción de un futuro más sostenible para el sector turístico.
En este sentido, el ministro Hereu ha enfatizado la importancia de trabajar conjuntamente entre las instituciones públicas, el sector privado y la sociedad civil para lograr la transformación deseada. Solo a través de esta corresponsabilidad se podrá avanzar hacia un modelo turístico que equilibre los intereses económicos, ambientales y sociales.
El reto es complejo, pero la determinación mostrada por la ciudadanía de Palma es un claro indicador de que el cambio es posible y necesario. Ahora corresponde a las autoridades dar pasos concretos y tangibles que demuestren su compromiso con una transición justa y sostenible del turismo en las Islas Baleares.