La región de América Latina se ha enfrentado a un prolongado período de alta inflación en los últimos años, una situación que ha requerido de una respuesta decidida por parte de los bancos centrales de la región. Según el Informe de Economía Latinoamericana, divulgado recientemente, se prevé que esta tendencia inflacionaria comenzará a revertirse de forma gradual en los próximos trimestres, lo que dará paso a un progresivo recorte de los tipos de interés por parte de las autoridades monetarias.
Sin embargo, este proceso de reducción de la inflación no estará exento de desafíos, ya que la persistencia observada en el componente de servicios supone un obstáculo importante. De hecho, este incremento de la persistencia inflacionaria es especialmente notable en países como México y Colombia, lo que podría limitar el recorrido a la baja de los tipos de interés en esos mercados.
LA PERSISTENCIA DE LA INFLACIÓN DE SERVICIOS: UN RETO CLAVE
Uno de los principales hallazgos del informe es que la persistencia de la inflación de los servicios ha experimentado un notable incremento en el reciente episodio inflacionista, y aún se mantiene claramente por encima de su nivel previo a la pandemia. Según un modelo econométrico, el crecimiento proyectado de los precios de los servicios para los próximos trimestres se situaría en la región en el entorno del 4% o 5%, frente al 2% en promedio de los bienes.
Este fenómeno puede deberse a diversos factores, como el mayor tamaño o número de perturbaciones que han afectado a la inflación, o a un mayor grado de sensibilidad de la inflación a estos choques. De confirmarse estas dinámicas, la inflación de los servicios seguiría siendo elevada a corto plazo en América Latina, especialmente en países como México.
Por lo tanto, la persistencia de la inflación de servicios se presenta como uno de los principales retos a los que deberán hacer frente los bancos centrales de la región en su tarea de reducir los niveles de inflación a los objetivos deseados.
EL PROCESO DE RELAJACIÓN MONETARIA: HETEROGÉNEO Y LIMITADO
En este contexto, el proceso de relajación monetaria se encuentra en línea con lo que venían anticipando los mercados financieros, y está siendo coherente con la situación cíclica de las economías y con la dinámica de reducción de la inflación.
No obstante, la bajada de tipos está siendo heterogénea por países en cuanto a magnitud, ritmo y duración, debido a las diferencias en la situación cíclica, en los niveles de inflación y en el tono de la política fiscal.
Según los mercados de futuros, se esperan pocas bajadas de tipos adicionales en países como Brasil, Chile y Perú, que fueron los primeros en iniciar el proceso de relajación monetaria. Por el contrario, las bajadas tendrían mayor recorrido en Colombia y México, si bien en este último país serían de magnitud reducida.
La magnitud y la duración de estas bajadas de tipos van a depender fundamentalmente del comportamiento de la inflación, que a su vez vendrá condicionado por factores como la evolución de la actividad económica, los precios de las partidas más volátiles, la persistencia inflacionaria y la política monetaria en Estados Unidos.
UNA RECUPERACIÓN ECONÓMICA DESIGUAL Y RIESGOS A LA BAJA
Por otra parte, las economías latinoamericanas crecerían en 2024 a tasas cercanas a las potenciales, lo que supone una desaceleración respecto a 2023 en países como Brasil y México, y una aceleración en Chile, Colombia y Perú.
Este crecimiento se está viendo favorecido por la resiliencia del mercado de trabajo, el proceso de bajadas de tipos de interés, el aumento del precio de las materias primas para algunos países productores y la reducción de la incertidumbre sobre las políticas económicas en determinados países.
Sin embargo, existen ciertos riesgos externos a la baja sobre el crecimiento económico de la región, como una política monetaria más restrictiva de lo esperado en Estados Unidos o una desaceleración más pronunciada de la economía china.
En definitiva, el panorama económico de América Latina se perfila como un escenario de reducción gradual de la inflación, que requerirá de un ajuste heterogéneo de la política monetaria y enfrentará retos importantes en materia de persistencia inflacionaria y recuperación económica desigual.