La Eurozona se encuentra en un momento crucial donde los ministros de Economía y Finanzas, reunidos en el Eurogrupo, han resaltado la necesidad de redoblar esfuerzos para mejorar la eficacia, calidad y composición del gasto público. Esta acción tiene como objetivo lograr una consolidación fiscal gradual y sostenida en la región, lo cual se considera necesario para reducir los elevados niveles de déficit y deuda.
Compromiso con una Consolidación Fiscal Responsable
Los ministros se han comprometido a realizar estos ajustes de forma que se minimice el impacto sobre el crecimiento, al tiempo que se sigue mejorando la productividad y se mantiene o aumenta la inversión, la cual es esencial para una economía competitiva, dinámica y resistente.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, ha defendido que una postura fiscal ligeramente contractiva preservará la inversión pública, a la vez que ha recordado que tanto las transiciones verde y digital como el gasto en defensa requerirán cientos de miles de millones al año.
Desafíos y Debates en torno a la Deuda Pública
Gentiloni reconoce que el ajuste fiscal no es una tarea fácil y que se trata de una necesidad para varios países, especialmente para aquellos que están en un proceso de déficit excesivo. Sin embargo, considera que las trayectorias trazadas por la Comisión son muy realistas y «no obligan a los países a hacer cosas imposibles«, a pesar de las dificultades nacionales añadidas, como el caso de Francia, que tendrá un gobierno provisional con poderes más limitados.
Uno de los temas recurrentes en la UE es el debate sobre la emisión de más deuda pública, que divide a los Estados miembro entre los tradicionalmente más frugales, como Alemania o Países Bajos, reacios a aumentar el endeudamiento, y aquellos que defienden el gasto público para afrontar los gastos, como es el caso de España o Italia. El ministro de Finanzas neerlandés, Eelco Heinen, ha afirmado que no cree que la emisión de más deuda conjunta sea «el camino a seguir«, mientras que su homólogo alemán, Christian Lindner, ha asegurado que prefiere «ver progresos» en la arquitectura de la Unión de Mercados de Capitales antes que en el aumento de la deuda pública.