miércoles, 21 mayo 2025

Los especialistas proponen convertir a España en un hub de la electromovilidad para atraer más inversiones

La transformación del panorama de la movilidad en España está tomando un giro decisivo hacia la electromovilidad, posicionando al país como un potencial líder en este sector a nivel europeo. En una reciente jornada titulada ‘E-Movilidad: Presente y Futuro’, organizada por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, expertos y líderes del sector se reunieron para discutir el futuro de la movilidad eléctrica en España y su papel en el contexto europeo.

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La conclusión principal del evento fue clara: España debe aspirar a convertirse en un hub europeo de electromovilidad. Este ambicioso objetivo no solo promete atraer inversiones significativas al país, sino que también se alinea con los objetivos climáticos establecidos por la Unión Europea. Además, este enfoque estratégico podría resolver vulnerabilidades tanto de la economía nacional como de la europea, al tiempo que garantiza una mayor accesibilidad a formas de movilidad más limpias y sostenibles para todos los ciudadanos.

La necesidad de acelerar la transición hacia vehículos eléctricos

La urgencia de acelerar la transición hacia vehículos eléctricos fue uno de los temas centrales del evento. Arancha García, directora del Área Industrial y Medio Ambiente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), subrayó la importancia de este cambio al recordar los objetivos inminentes de reducción de emisiones. Para 2025, todos los fabricantes de vehículos, tanto ligeros como pesados, deberán haber reducido sus emisiones de CO2 en un 15% respecto a los niveles de 2021.

Las consecuencias de no cumplir con estos objetivos son significativas. García advirtió que los fabricantes que superen este límite se enfrentarán a multas de 95 euros por cada gramo de CO2 extra emitido y por cada vehículo vendido. Esta realidad económica hace que la aceleración en la venta de vehículos electrificados no sea solo una opción, sino una necesidad imperiosa para la industria automotriz.

El desafío no se limita únicamente a la producción y venta de vehículos eléctricos. También implica un cambio integral en la infraestructura y en la mentalidad de los consumidores. La transición requiere una estrategia coordinada que involucre a gobiernos, industria y sociedad civil para crear un ecosistema que favorezca la adopción masiva de la movilidad eléctrica.

Lecciones de Portugal y la importancia de la infraestructura de recarga

Durante el evento, se presentó el caso de Portugal como un ejemplo inspirador de despliegue de infraestructura de recarga y penetración de vehículos eléctricos. Luis Barroso, presidente de la agencia estatal portuguesa para la infraestructura de recarga, Mobi.e, compartió las claves del éxito de su país, donde la tasa de matriculaciones de coches eléctricos es tres veces mayor que la española.

Barroso atribuyó este logro al marco regulatorio específico para la movilidad eléctrica que Portugal estableció en 2010, siendo uno de los pioneros en Europa. Esta «solución estructurada» ha permitido a Portugal desarrollar una cobertura de recarga que abarca todo el territorio nacional. Actualmente, cada uno de los 318 municipios portugueses cuenta con al menos una estación de carga, garantizando que los usuarios de vehículos eléctricos tengan acceso a soluciones de carga pública en cualquier punto del país.

La experiencia portuguesa demuestra la importancia de una planificación estratégica a largo plazo y de un compromiso gubernamental firme. El hecho de que más del 36% de las estaciones de carga en Portugal sean de carga rápida o ultrarrápida refleja una comprensión profunda de las necesidades de los usuarios y una visión de futuro que anticipa el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos.

El impacto económico y social de la electromovilidad en España

La transición hacia la electromovilidad no solo tiene implicaciones medioambientales, sino que también presenta oportunidades significativas para la economía española. Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), destacó el potencial económico de este sector emergente.

Según Pérez de Lucía, cada euro invertido en movilidad eléctrica en España se transforma en 1,8 euros de PIB, generando un efecto multiplicador en más de 20 ramas de actividad interconectadas con el sector. Este dato subraya el potencial de la electromovilidad como motor de crecimiento económico y creación de empleo en diversos sectores, desde la fabricación y el mantenimiento de vehículos hasta el desarrollo de software y la gestión de infraestructuras de recarga.

Además, el director general de Aedive hizo hincapié en las proyecciones de empleo relacionadas con la implementación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec). La adecuada ejecución de este plan, solo en los aspectos de electrificación y redes, podría mantener el equivalente a 550.000 empleos durante un período de 10 años. Esta cifra ilustra el potencial de la electromovilidad para contribuir significativamente a la creación de empleo sostenible y de calidad en España.

La transición hacia la movilidad eléctrica representa, por tanto, una oportunidad única para España de liderar una transformación industrial y tecnológica. Sin embargo, para aprovechar plenamente este potencial, es crucial abordar los desafíos existentes, como la necesidad de una mayor inversión en infraestructura de recarga y la importancia de educar al público sobre los beneficios de los vehículos eléctricos.

En conclusión, el camino hacia la electromovilidad en España está lleno de promesas y desafíos. La transformación del país en un hub europeo de electromovilidad no solo contribuirá a alcanzar los objetivos climáticos, sino que también impulsará la economía y creará nuevas oportunidades de empleo. Para lograr este objetivo, será fundamental la colaboración entre el sector público y privado, así como una estrategia clara y a largo plazo que aborde todos los aspectos de esta transición, desde la infraestructura hasta la educación del consumidor.


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