La economía española muestra signos de fortaleza y resiliencia en un contexto global desafiante. Según los expertos reunidos en el webinar ‘Perspectivas económicas para el segundo semestre de 2024’, organizado por la Asociación Española de Directivos (AED), el país está experimentando un crecimiento sostenido a pesar de las complejidades que enfrenta la zona euro. Este rendimiento positivo se atribuye a diversos factores, incluyendo el robusto sector turístico y un notable aumento demográfico impulsado por la inmigración.
Los economistas Enric Fernández, de CaixaBank, y Núria Mas, del IESE, ofrecieron sus análisis sobre la situación actual y las perspectivas futuras de la economía española. Ambos coincidieron en que, si bien existen desafíos por delante, el país ha demostrado una capacidad notable para mantener un ritmo de crecimiento favorable. Esta evaluación optimista se produce en un momento en que se debaten importantes reformas laborales y económicas, como la posible reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales.
Crecimiento económico y factores impulsores
La economía española ha mostrado una resiliencia notable en los últimos trimestres, con un crecimiento intertrimestral que oscila entre el 0,7% y el 0,8%. Estos datos, según Enric Fernández, equivalen a un ritmo anual del 3%, una cifra considerable en el contexto económico actual. Este rendimiento se debe en gran medida a la fortaleza del sector turístico, que continúa siendo un pilar fundamental de la economía nacional.
Otro factor clave que contribuye a este crecimiento es el aumento demográfico, que supera el 1% anual. Este incremento poblacional, impulsado principalmente por la inmigración, ha tenido un impacto positivo en el mercado laboral. Durante el primer semestre del año, se registró un aumento de más de 300.000 afiliados a la Seguridad Social, lo que refleja una mejora significativa en el empleo.
El consumo interno también juega un papel crucial en el crecimiento económico actual. Núria Mas señala que existe una significativa bolsa de ahorros acumulada durante los períodos de restricciones, que ahora se está canalizando hacia el consumo. Además, los fondos Next Generation de la Unión Europea están proporcionando un impulso adicional a la economía, fomentando la inversión y la modernización en diversos sectores.
Desafíos y objetivos para el futuro
A pesar del panorama generalmente positivo, los expertos identifican varios desafíos que España debe abordar para mantener y mejorar su trayectoria económica. Una de las principales preocupaciones es la productividad, un área en la que el país ha mostrado históricamente cierta debilidad. Tanto Fernández como Mas coinciden en que fortalecer la productividad es crucial para sostener buenos ritmos de crecimiento a largo plazo.
La implementación de reformas estructurales se presenta como otro objetivo fundamental. Estas reformas deberían abordar diversas áreas, desde el mercado laboral hasta la educación y la innovación. La discusión sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales es un ejemplo de los debates en curso. Fernández sugiere que, de aprobarse esta medida, sería necesario considerar un período transitorio relativamente largo para que las empresas puedan adaptarse, así como proporcionar flexibilidad para acomodar las distintas realidades de diferentes sectores y empresas.
La posición internacional de España también ha mejorado notablemente en los últimos años. Núria Mas destaca que el país ha logrado transformar su déficit por cuenta corriente en un superávit, mejorando su posición internacional inversora neta del 86% al 56%. Esta evolución positiva fortalece la resiliencia económica del país frente a posibles choques externos y mejora su atractivo para la inversión extranjera.
Perspectivas y retos en el contexto europeo
El rendimiento de la economía española debe ser contextualizado dentro del panorama más amplio de la zona euro. Mientras España muestra signos de fortaleza, la zona euro en su conjunto enfrenta un crecimiento bajo y una inflación que aún se mantiene por encima del 3%. Esta disparidad plantea tanto oportunidades como desafíos para España.
Por un lado, el crecimiento más robusto de España en comparación con algunos de sus vecinos europeos podría posicionar al país de manera favorable para atraer inversiones y talento. Sin embargo, la interdependencia económica dentro de la Unión Europea significa que España no es inmune a las dificultades que enfrentan sus socios comerciales. La ralentización en economías clave como Alemania o Francia podría tener repercusiones en las exportaciones españolas y en la confianza de los inversores.
La gestión de la inflación sigue siendo un tema crucial. Aunque España ha logrado controlar mejor la inflación que algunos de sus pares europeos, mantener esta tendencia requerirá una vigilancia constante y políticas económicas acertadas. La coordinación con el Banco Central Europeo y la adaptación a sus políticas monetarias serán fundamentales para mantener la estabilidad de precios sin comprometer el crecimiento económico.
En conclusión, mientras la economía española muestra signos alentadores de crecimiento y resiliencia, los expertos subrayan la necesidad de mantener el enfoque en reformas estructurales, mejora de la productividad y adaptación a un entorno económico global en constante cambio. El equilibrio entre aprovechar las oportunidades de crecimiento actuales y prepararse para los desafíos futuros será clave para el éxito económico sostenido de España en los próximos años.