La industria automotriz en Barcelona está experimentando un renacimiento significativo con la llegada de Chery, el gigante automovilístico chino, a la escena local. Este viernes, una delegación compuesta por representantes de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona se reunió con altos ejecutivos de Chery en Shanghai, marcando un hito importante en la colaboración entre la empresa china y las autoridades catalanas. Este encuentro no solo simboliza el creciente interés de las empresas chinas en invertir en Cataluña, sino que también subraya el compromiso de las administraciones locales para atraer inversiones extranjeras y revitalizar el sector automotriz en la región.
La visita, encabezada por el conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, y el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, tuvo como objetivo principal conocer de primera mano las tecnologías de vanguardia que Chery desarrolla en su centro de I+D en Shanghai. Este acercamiento no es casual, ya que se enmarca en el acuerdo firmado en abril entre Chery y Ebro para producir 50.000 vehículos anuales en 2027 en los antiguos terrenos de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. Este proyecto no solo promete revitalizar una zona industrial clave, sino que también augura un futuro prometedor para la industria automotriz catalana en términos de innovación y creación de empleo.
El potencial de la colaboración entre Chery y Barcelona
La reunión en Shanghai entre los representantes catalanes y los ejecutivos de Chery, incluyendo al presidente de Chery Shanghai R&D and Engineering Institute, Wang Yuxin, y al vicepresidente de Chery International, Charlie Zhang, ha servido para reafirmar el compromiso de colaboración entre todas las partes. Este encuentro no solo ha permitido a la delegación catalana explorar las instalaciones de I+D de Chery, sino que también ha sentado las bases para una cooperación más estrecha en el futuro.
El acuerdo entre Chery y Ebro para producir vehículos en Barcelona representa una oportunidad única para la región. No solo se trata de la revitalización de una zona industrial importante, sino que también implica la introducción de tecnologías avanzadas y prácticas de fabricación innovadoras en el tejido industrial catalán. Esto podría tener un efecto cascada en toda la cadena de suministro local, estimulando la innovación y la competitividad en el sector automotriz y más allá.
Además, la presencia de Chery en Barcelona podría actuar como un catalizador para atraer más inversiones del gigante asiático. China ya es el tercer país no europeo más importante en número de filiales en Cataluña, después de Estados Unidos y Japón, con 200 compañías establecidas. La exitosa implantación de Chery podría animar a otras empresas chinas a considerar Cataluña como un destino atractivo para sus inversiones, fortaleciendo aún más los lazos económicos entre China y la región.
Estrategias para captar inversión extranjera en Cataluña
La visita de la delegación catalana a Shanghai se enmarca dentro de una estrategia más amplia de la Generalitat para atraer inversión extranjera. A través de Acció y su oficina China Desk, Cataluña está trabajando activamente para potenciar la captación de plantas de producción, sedes centrales y centros tecnológicos de empresas chinas en la región. Esta iniciativa no solo busca atraer inversión directa, sino también fomentar la transferencia de conocimientos y tecnologías avanzadas.
La elección de Cataluña por parte de Chery como sede para su producción europea no es casualidad. La región ofrece una combinación atractiva de factores que la hacen ideal para la inversión extranjera: una ubicación estratégica con excelentes conexiones logísticas, una fuerza laboral altamente cualificada, un ecosistema de innovación robusto y un apoyo decidido de las administraciones públicas. Estos elementos, junto con la tradición industrial de Barcelona, crean un entorno propicio para el éxito de proyectos ambiciosos como el de Chery.
El compromiso de las autoridades catalanas con este proyecto se refleja en el acompañamiento continuo que están brindando a Chery. Desde la firma del acuerdo inicial hasta la visita a las instalaciones de I+D en Shanghai, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona han demostrado su disposición a facilitar la implantación de la empresa china. Este nivel de cooperación entre el sector público y privado es fundamental para el éxito a largo plazo de inversiones de esta magnitud.
Impacto y perspectivas futuras para la industria automotriz catalana
La llegada de Chery a Barcelona representa más que una mera inversión extranjera; simboliza un punto de inflexión para la industria automotriz catalana. Tras el cierre de la planta de Nissan, que supuso un duro golpe para el sector, la producción de vehículos Chery en la Zona Franca promete no solo recuperar empleos perdidos, sino también introducir nuevas tecnologías y métodos de producción que podrían revitalizar toda la industria.
El proyecto de Chery tiene el potencial de transformar el panorama industrial de Barcelona. Con una producción prevista de 50.000 vehículos anuales para 2027, se espera que genere un impacto significativo en la economía local, creando empleos directos e indirectos, y estimulando la innovación en toda la cadena de suministro. Además, la presencia de un fabricante de la talla de Chery podría atraer a otros proveedores y empresas relacionadas con la industria automotriz, fortaleciendo el ecosistema industrial de la región.
Mirando hacia el futuro, el éxito de este proyecto podría posicionar a Barcelona como un hub importante para la producción de vehículos eléctricos y tecnologías de movilidad avanzada en Europa. La experiencia de Chery en estos campos, combinada con la tradición industrial y el talento local, podría catalizar una transformación más amplia hacia una industria automotriz más sostenible y tecnológicamente avanzada. Esto no solo beneficiaría a la economía catalana, sino que también contribuiría a los objetivos de sostenibilidad y movilidad limpia de la Unión Europea.