La investigación antidumping de las autoridades chinas sobre las importaciones de carne de cerdo y subproductos porcinos con origen en la Unión Europea ha generado preocupación en varios Estados miembro, entre ellos España, como uno de los principales productores y exportadores de carne de porcino a China. Esta medida se produce en represalia por los aranceles de la UE al coche eléctrico chino.
El lunes, España trasladará esta preocupación a la Comisión Europea en el marco de la primera reunión de ministros de Agricultura bajo la presidencia húngara del Consejo. Si bien se espera que algunos ministros planteen el tema, las fuentes diplomáticas no prevén un «fuerte debate político» de momento, aunque advierten que esto podría ocurrir más adelante.
Diversificación de mercados para evitar mayores consecuencias
Ante esta situación, varias delegaciones coinciden en que es «pronto» para saber cuáles serán las consecuencias sobre los productos agroalimentarios de los aranceles de la UE al coche eléctrico chino. Será un proceso «muy largo» en el que la Comisión irá informando a los Veintisiete sobre avances puntuales, sin que se esperen decisiones o medidas a corto plazo.
España y otros Estados miembro con mayor peso de las exportaciones de porcino en su economía han tomado la iniciativa de diversificar mercados para evitar mayores consecuencias. Esto se ve de manera «positiva«, ya que el sector productor chino se encuentra «recuperado» y se esperaba que adoptaran medidas de protección.
Preparación de la Presidencia húngara ante posibles debates
La presidencia húngara del Consejo asegura estar «preparada» para posibles debates que puedan surgir en torno a esta investigación antidumping y sus repercusiones en el sector agroalimentario europeo, especialmente en lo que respecta a la carne de cerdo.
Si bien no se prevé un «fuerte debate político» de momento, las fuentes diplomáticas advierten que esto podría ocurrir más adelante, a medida que se vayan conociendo las consecuencias de las medidas comerciales entre la UE y China. La Comisión Europea tendrá un papel clave en este proceso, informando periódicamente a los Veintisiete sobre los avances y posibles soluciones.