La economía española continúa demostrando una fortaleza notable, superando las expectativas iniciales y consolidándose como uno de los motores de crecimiento dentro de la eurozona. Este dinamismo, impulsado por factores como la recuperación del turismo y el consumo interno, ha permitido al país capear las turbulencias globales recientes con mayor solidez de lo previsto. El Informe Económico y Financiero de Esade para el segundo semestre de 2024, elaborado con el apoyo de Banco Sabadell, analiza este escenario y proyecta un crecimiento para la economía española de entre el 2,2% y el 2,3% para el próximo año.
Este optimismo, sin embargo, está matizado por la cautela. El informe advierte sobre la persistencia de desafíos estructurales que podrían lastrar el potencial de crecimiento a largo plazo. Entre estos desafíos, destacan la brecha de productividad con respecto a otras economías europeas, la debilidad de la inversión privada y la fragilidad de las cuentas públicas. Abordar estas cuestiones resulta crucial para asegurar la sostenibilidad del crecimiento y la resistencia ante futuras crisis.
Claves del crecimiento económico: Impulso interno y externo
El buen desempeño de la economía española se explica por una combinación de factores tanto internos como externos. En el plano interno, el estudio destaca el dinamismo del mercado laboral, la mejora del poder adquisitivo de las familias y el aumento del consumo, tanto público como privado. Las medidas de respuesta a la crisis y el esfuerzo fiscal del gobierno han jugado un papel importante en el sostenimiento de la demanda interna. A esto se suma la capacidad del país para gestionar los altos costes energéticos, gracias a las reservas de gas natural y al despliegue de energías renovables.
En el ámbito externo, la recuperación definitiva del turismo y el buen comportamiento de las exportaciones de servicios de alto valor añadido han contribuido a mejorar la balanza comercial. Este contexto favorable ha permitido a España sortear con mayor éxito los efectos negativos de la guerra en Ucrania y la incertidumbre geopolítica. No obstante, el informe advierte sobre la necesidad de reducir la dependencia del turismo y diversificar la estructura productiva.
Retos y oportunidades: Consolidar el crecimiento a largo plazo
A pesar del panorama positivo a corto plazo, el Informe Económico y Financiero de Esade identifica tres desafíos principales para la economía española: la divergencia en productividad con respecto a Europa, la baja inversión privada y la situación fiscal. La brecha de productividad limita la competitividad a largo plazo y requiere de reformas estructurales que impulsen la innovación y la eficiencia. La inversión privada, aunque ha mostrado una ligera mejora, sigue siendo insuficiente para impulsar un crecimiento sólido y sostenible.
En cuanto a la situación fiscal, si bien España se encuentra en la senda de reducción del déficit, el informe advierte sobre la necesidad de abordar el problema del gasto estructural. La deuda pública, aunque en descenso, se mantiene en niveles elevados, lo que aumenta la vulnerabilidad ante futuras crisis. En este sentido, se recomienda aprovechar el favorable momento económico y los ingresos extraordinarios para retomar la agenda de reformas estructurales que permitan sentar las bases de un crecimiento sólido y sostenible a largo plazo.