En una época en la que cada vez resulta más preocupante la inseguridad cibernética y en la que los ciberataques abundan por todas partes, urge tomar medidas de protección para evitar ser víctimas. El WiFi, por ejemplo, además de ser una gran herramienta de la cual depende el funcionamiento óptimo de varios de nuestros dispositivos, puede representar un gran riesgo para nuestros datos si no tenemos ciertas precauciones.
Como ya hemos visto en casos anteriores, métodos como mantener el router del WiFi actualizado y su botón WPS apagado, son algunas de las alternativas que tenemos a mano para garantizar la ausencia de intrusos en nuestra red. Sin embargo, también hay un punto a tomar bajo consideración que no tiene relación directa con nuestro enrutador.
1Evita conectarte a redes WiFi públicas
Según el Instituto Nacional de Estadística, 7,7 millones de hogares familiares cuentan con conexión WiFi en España. No obstante, usualmente cuando estamos por fuera de casa también resulta necesario estar conectado a internet y la tarifa de datos no siempre es suficiente; es en estos casos en los que generalmente acudimos a las redes WiFi públicas.
Lo cierto es que los expertos en ciberseguridad aseguran que conectarse a una red pública representa un gran riesgo para los usuarios, pues en estas circunstancias basta con que un conocedor de informática esté conectado al mismo WiFi para que nuestros datos bancarios, contraseñas personales y documentos privados corran peligro. Por ello, se recomienda no iniciar sesión en redes sociales ni bancos, así como tampoco abrir archivos confidenciales mientras estamos conectados a este tipo de redes.
El riesgo que sufre nuestra información personal en estos casos incrementa más todavía si se tiene en cuenta que los ciberdelincuentes pueden suplantar redes; es decir, pueden crear una red privada con el nombre de un establecimiento público cercano, permitir el acceso general y esperar a que alguien caiga en la trampa y se conecte para extraer sus datos.