La poderosa industria farmacéutica española, Grifols, se encuentra actualmente enfrentando importantes retos financieros que han impactado significativamente el valor de sus acciones en el mercado. Tras las recientes revisiones negativas de su calificación crediticia por parte de las agencias Moody’s y Fitch, la compañía ha visto cómo su cotización bursátil se ha desplomado por debajo de los 8 euros, un nivel no alcanzado desde marzo de este año.
Estos acontecimientos han puesto de manifiesto la delicada situación financiera por la que atraviesa Grifols, obligándola a buscar soluciones urgentes para refinanciar parte de su deuda. La negativa de algunos de sus principales acreedores bancarios a extender el vencimiento de un crédito de 400 millones de euros ha generado aún más incertidumbre sobre el futuro de la firma, poniendo a prueba su capacidad de maniobra en un entorno económico cada vez más exigente.
Impacto de las Revisiones de Calificación Crediticia
Las agencias de calificación crediticia Moody’s y Fitch han tomado medidas que han impactado severamente a Grifols. Moody’s ha rebajado el rating de la compañía de ‘B2’ a ‘B3’, mientras que Fitch, si bien ha mantenido la calificación en ‘B+’, ha revisado la perspectiva de negativa a estable. Estas acciones reflejan las preocupaciones de las agencias en torno al elevado apalancamiento de Grifols, su flujo de caja libre moderado y los retos relacionados con su modelo de gobernanza.
Según Moody’s, el alto nivel de endeudamiento de la empresa, incluso después de la reducción esperada por la reciente venta de activos, sumado a una recuperación más lenta de lo previsto del flujo de caja libre, resultarán en métricas crediticias alineadas con una calificación ‘B3’ en los próximos 12 a 18 meses. Adicionalmente, la agencia ha señalado que las cuestiones de gobernanza, como la limitada previsibilidad del desempeño financiero, la gestión de riesgos y la compleja estructura organizativa, han sido factores clave en la decisión de rebajar el rating.
Desafíos de Refinanciación y Respuesta de la Empresa
La incapacidad de Grifols para refinanciar un crédito de 400 millones de euros con vencimiento inmediato ha agravado aún más su situación financiera. Según la información revelada, los principales acreedores bancarios, como CaixaBank, BBVA y Banco Sabadell, se han negado a extender el vencimiento de este préstamo, lo que obligará a la compañía a realizar una amortización relevante de dicha deuda en los próximos días.
Ante esta situación, Grifols ha solicitado urgentemente una prórroga o ‘waiver’ de cuatro meses a sus acreedores para evitar que el préstamo sea declarado como impagado y que los bancos ejecuten las garantías. La concesión de esta extensión requiere la aprobación unánime de los acreedores, lo que plantea un desafío adicional para la empresa.
En respuesta a estos retos, Grifols ha tomado medidas para fortalecer su posición financiera. La compañía ha logrado recaudar 1.300 millones de euros a través de la emisión de bonos senior garantizados, lo que le ha permitido reembolsar sus bonos senior no garantizados con vencimiento en 2025. Además, la venta del 20% de su participación en Shanghai RAAS por 1.600 millones de euros le ha proporcionado recursos adicionales para reducir su deuda senior garantizada.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, Moody’s ha señalado que la liquidez de Grifols sigue siendo frágil, si bien adecuada para los próximos 12 meses. El mantenimiento de una liquidez adecuada a más largo plazo dependerá de que la empresa logre volver a generar un flujo de caja libre positivo.
En resumen, Grifols se enfrenta a un escenario desafiante, con la necesidad urgente de refinanciar parte de su deuda y recuperar la confianza de los inversores y las agencias de calificación. El éxito de estas gestiones será fundamental para determinar el futuro de la compañía y su capacidad de navegar en un entorno económico cada vez más exigente.