Las acciones de Grifols se han desplomado más de un 9,1% en la Bolsa este jueves, tras las últimas actualizaciones del ‘rating’ de la compañía realizadas por las agencias de calificación crediticia Moody’s y Fitch. La firma de hemoderivados ha visto caer sus títulos a 8,21 euros, lo que supone una ampliación de su desplome inicial del 8,11% al comienzo de la jornada.
Más allá de las advertencias de Moody’s y Fitch, la noticia también apunta a que CaixaBank, BBVA y Sabadell han rechazado refinanciar su parte del crédito de 400 millones de euros de deuda con vencimiento inmediato de Scranton Entreprises BV, la sociedad holandesa a través de la cual la familia Grifols afianza su control sobre la multinacional catalana. Esto ha generado incertidumbre en el mercado sobre la capacidad de la compañía para hacer frente a sus vencimientos de deuda.
El Impacto de las Agencias de Calificación Crediticia
En cuanto a las calificaciones crediticias, Fitch Ratings ha revisado la perspectiva de la calificación a largo plazo de Grifols, de negativa a estable, confirmándola en ‘B+’. Por su parte, Moody’s rebajó ayer la calificación de la firma catalana a ‘B3’ desde ‘B2’, citando el elevado apalancamiento de la compañía y su modelo de gobernanza como factores clave en la decisión.
Moody’s señala que la rebaja a ‘B3’ refleja el alto endeudamiento de Grifols, incluso después de la reducción de deuda esperada por la venta reciente de activos. Además, apuntan a una recuperación más lenta de lo esperado del flujo de caja libre, lo que se traducirá en métricas crediticias alineadas con una calificación de ‘B3’ en los próximos 12 a 18 meses.
Perspectivas y Estrategias de Grifols
A pesar de estos desafíos, Fitch prevé un aumento gradual del EBITDA de Grifols en los próximos cuatro años, impulsado por el crecimiento de las ventas, la reducción de los costes de obtención de plasma y el lanzamiento de los productos de Biotest.
No obstante, Moody’s ha señalado que la liquidez de Grifols es frágil, si bien es adecuada para los próximos doce meses. Más allá de eso, el mantenimiento de una liquidez adecuada dependerá de que la compañía logre regresar a una generación positiva del flujo de caja libre.
En este contexto, la familia Grifols y el resto de socios de Scranton han solicitado una prórroga o ‘waiver’ de cuatro meses para evitar que el préstamo de 400 millones de euros sea declarado como impagado y la banca ejecute las garantías. La concesión de este ‘plácet’ debe ser autorizada por los acreedores por unanimidad, lo que representa un desafío adicional para la multinacional catalana.