Cada vez es más común que los consumidores encuentren materiales extraños en sus alimentos, lo que genera una gran alerta y preocupación. Entre los contaminantes más alarmantes están los microplásticos, que se han detectado en una amplia variedad de productos alimenticios. Esta problemática no se limita solo a los microplásticos, ya que en 2024 se reportaron fragmentos metálicos en varias marcas de galletas y fragmentos de vidrio en una conserva de bonito del norte. Pero, ¿qué debemos hacer si nos encontramos con uno de estos contaminantes en nuestra comida?
8OJO CON LOS BULOS

En situaciones de alerta alimentaria, es común que circulen rumores y bulos a través de aplicaciones de mensajería como WhatsApp. Es crucial verificar la información a través de fuentes oficiales antes de compartir cualquier noticia. La AESAN, el Ministerio de Sanidad y otras autoridades competentes son los canales adecuados para obtener información verificada y actualizada. Los bulos pueden causar pánico innecesario y desinformación, lo que puede dificultar la gestión de la alerta. Es importante actuar con responsabilidad al compartir información y siempre verificar la autenticidad de las noticias que recibimos y difundimos.
Las alertas sanitarias deben comunicarse a través de los canales oficiales para garantizar que la información sea precisa y confiable. En España, estos canales incluyen la página web de la AESAN, comunicados de prensa del Ministerio de Sanidad y los portales oficiales de las empresas involucradas. Además, los medios de comunicación tradicionales como la televisión, la radio y los periódicos también difunden estas alertas para llegar a un público más amplio.
Las redes sociales de las autoridades también son una fuente útil de información rápida y actualizada. Siguiendo a las cuentas oficiales de la AESAN y del Ministerio de Sanidad, podemos mantenernos informados sobre las últimas alertas y recomendaciones.